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29 de agosto de 2025 a las 03:40

Salud Escolar 2025: Retos y Testimonios

La prohibición de la venta de comida chatarra en las escuelas mexicanas ha generado un debate complejo que va más allá de la simple sustitución de productos. Si bien la intención de la Estrategia Nacional Vive Saludable, Vive Feliz es loable, su implementación ha revelado desafíos importantes que deben abordarse para lograr un impacto real en la salud de niños y adolescentes.

El testimonio de Iván Moisés Levario, estudiante de secundaria, ilustra la realidad en muchos centros educativos: la prohibición dentro de la escuela no ha eliminado el consumo de comida chatarra, sino que lo ha desplazado a los alrededores o incluso al interior de los salones, donde la venta clandestina de dulces dificulta el control. Este fenómeno no solo limita la efectividad de la estrategia, sino que también puede generar prácticas poco higiénicas y un mercado negro dentro de las instituciones.

La perspectiva del director Ezequiel Pérez revela otra arista del problema: el impacto económico en las cooperativas escolares. La disminución en las ventas, a pesar de mantener precios accesibles, demuestra que la transición hacia una alimentación saludable requiere un cambio cultural que no se logra de la noche a la mañana. La preferencia de los estudiantes por productos altamente procesados y la falta de un apoyo integral para las cooperativas dificultan la oferta de alternativas nutritivas y atractivas para los alumnos.

El tema de la autoridad de las escuelas para intervenir en la alimentación de los estudiantes es otro punto delicado. Pérez plantea la necesidad de protocolos claros que permitan a los docentes retirar la comida chatarra sin incurrir en prácticas que puedan ser malinterpretadas. Este aspecto requiere una delicada consideración de los derechos de los niños y adolescentes, así como una comunicación transparente con las familias.

La voz de las madres de familia aporta una dimensión crucial al debate. Cecilia Martínez señala la brecha económica que existe entre los alimentos procesados, más baratos y accesibles, y una dieta saludable, que puede representar un gasto significativo para muchas familias. Esta realidad subraya la importancia de políticas de apoyo económico que faciliten el acceso a alimentos nutritivos. La anécdota de la junta escolar y la petición de "palomitas caseras" ilustra la resistencia al cambio y la necesidad de un diálogo constructivo entre padres, escuela y cooperativa.

El testimonio de Diana Laura Cazares ofrece una visión más optimista, destacando los beneficios observados en su hijo tras la reducción del consumo de azúcar. Sin embargo, también reafirma la preocupación por la saciedad de los niños y la importancia de que la escuela proporcione desayunos complementarios para mitigar el impacto económico en las familias.

En conclusión, la prohibición de comida chatarra en las escuelas es un primer paso importante, pero insuficiente. Para lograr un cambio real se requiere una estrategia integral que incluya: educación nutricional para estudiantes y familias, apoyo económico para el acceso a alimentos saludables, fortalecimiento de las cooperativas escolares, regulación de la venta de alimentos en los alrededores de las escuelas y un diálogo constante entre todos los actores involucrados. Solo así se podrá construir un entorno que promueva hábitos alimenticios saludables y contribuya al bienestar de las futuras generaciones.

Fuente: El Heraldo de México