Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Política

29 de agosto de 2025 a las 04:45

Rufino León: Disciplina Judicial con garras

Un nuevo amanecer se vislumbra en el horizonte de la justicia mexicana. La esperanza, palpable en el aire, se refleja en las expectativas ciudadanas: 7 de cada 10 mexicanos confían en una mejora sustancial en la impartición de justicia con la llegada de la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Este optimismo no es infundado, sino que se sustenta en la profunda transformación que el sistema judicial está experimentando. No se trata simplemente de un cambio de rostros, sino de un verdadero cambio de paradigma, impulsado por la trascendental reforma constitucional en materia judicial.

Esta reforma, consolidada en diciembre de 2024, ha reconfigurado la arquitectura misma de la SCJN, pasando de once a nueve ministros. Pero la verdadera revolución reside en la instauración de la elección popular de jueces y magistrados, un hito histórico que empodera a la ciudadanía y la coloca en el centro del proceso de selección de quienes administrarán justicia. Imaginen el impacto de esta medida: 881 nuevos juzgadores, elegidos por el pueblo, con el mandato explícito de acercar la justicia a cada rincón del país.

El 1 de septiembre no es una fecha más en el calendario; es el punto de partida de una nueva era en la vida judicial de México. Con la entrada en funciones del Tribunal de Disciplina Judicial, se inaugura un mecanismo inédito para garantizar la rectitud y la probidad de los operadores del sistema. Este tribunal, dotado de amplias facultades, tendrá la responsabilidad de investigar, sancionar e incluso destituir a ministros, magistrados y jueces federales que incurran en conductas indebidas. Sus decisiones, inapelables, serán la última palabra en materia de disciplina judicial, lo que conlleva una enorme responsabilidad para quienes integran este nuevo órgano.

La creación del Tribunal de Disciplina Judicial, junto con el Órgano de Administración Judicial, surge de la división del antiguo Consejo de la Judicatura Federal. Esta separación de funciones fortalece la transparencia y la eficiencia en la gestión de recursos, al tiempo que blinda la independencia del órgano encargado de velar por la ética judicial.

Más allá de la estructura y las funciones, el objetivo último de esta reforma es construir una justicia digna, humana y accesible para todos. Una justicia que deje de ser un lenguaje críptico, reservado a los abogados, y se convierta en una herramienta al alcance de la ciudadanía. Para ello, se implementarán plataformas digitales que facilitarán la presentación de quejas contra jueces y magistrados, abriendo un canal directo de comunicación entre la población y el sistema judicial. Cualquier persona, incluso si no es parte de un proceso judicial, podrá denunciar irregularidades y contribuir a la construcción de un sistema más transparente y justo.

La transparencia es, sin duda, el pilar fundamental de esta reforma. Y en este proceso, los medios de comunicación juegan un papel crucial. El seguimiento puntual y la difusión de información veraz, como la realizada por El Heraldo de México y su sección Ruta Judicial, son esenciales para mantener a la ciudadanía informada y empoderada. El escrutinio público, la crítica constructiva y el debate informado son los motores que impulsan la mejora continua del sistema judicial.

Estamos ante un momento histórico, una oportunidad única para construir un México más justo. La reforma judicial, con sus luces y sombras, es un paso firme en esa dirección. El camino es largo y complejo, pero la esperanza se renueva con la llegada de un nuevo Poder Judicial, más cercano, más transparente y, sobre todo, más justo para todos los mexicanos.

Fuente: El Heraldo de México