
Inicio > Noticias > Tecnología
29 de agosto de 2025 a las 03:00
Robots conejitos vs. serpientes invasoras
En las entrañas acuáticas de los Everglades, un drama silencioso se desarrolla. La exuberante vegetación, otrora refugio de una rica biodiversidad, se ha convertido en el escenario de una invasión silenciosa. Las pitones birmanas, gigantescas y voraces, se deslizan entre los juncos, diezmando las poblaciones de animales nativos. Imaginen la escena: un conejo de pantano, desprevenido, salta entre la hierba alta. De repente, una sombra se desliza a una velocidad sorprendente. La pitón, con su camuflaje perfecto, lo atrapa en un abrazo mortal. Esta tragedia se repite con una frecuencia alarmante, dejando un vacío en la cadena alimenticia y amenazando el delicado equilibrio del ecosistema. Pero la esperanza, como un pequeño brote verde en un terreno árido, comienza a florecer.
Desde los laboratorios de la Universidad de Florida, en colaboración con el Distrito de Gestión del Agua del Sur de Florida (SFWMD) y la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida (FWC), ha surgido una ingeniosa contraofensiva: los conejos robóticos. No se trata de simples juguetes, sino de señuelos sofisticados, diseñados con la precisión de un reloj suizo. Estos pequeños héroes tecnológicos, fabricados a partir de peluches modificados, imitan a la perfección los movimientos, el calor corporal y hasta el olor de un conejo real. Sus motores internos les permiten realizar saltos y movimientos erráticos, mientras que pequeños calentadores reproducen la temperatura de un conejo vivo. Y para completar la ilusión, difusores de olores emiten las señales químicas que atraen a las pitones, cazadoras por naturaleza que dependen del calor y el olor para localizar a sus presas.
Alimentados por la energía del sol, estos robots son controlados a distancia y equipados con cámaras y sensores de inteligencia artificial. Como vigilantes silenciosos, alertan a los equipos de captura en el momento preciso en que una pitón se acerca al señuelo. Imaginen la escena: en la sala de control, una pantalla se ilumina. La cámara de un conejo robótico muestra una pitón acercándose sigilosamente. El equipo de captura, alertado por la señal, se prepara para intervenir. Es una batalla de ingenio contra instinto, una lucha por la supervivencia del ecosistema.
El proyecto, iniciado en julio de 2025 con una flota piloto de 40 unidades, ha demostrado ser tan prometedor que se ha expandido a 120 conejos robóticos durante el verano. Aunque la evaluación completa de los resultados aún está en curso, las pruebas iniciales con conejos vivos, que arrojaban una captura de una pitón por semana, sugieren que los robots podrían ser significativamente más eficientes. Además, eliminan los costos y los dilemas éticos asociados al uso de animales reales. Con un costo de 4,000 dólares por unidad (aproximadamente 80 mil pesos mexicanos), cada robot representa una inversión estratégica para la protección de este valioso ecosistema, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.
La amenaza de las pitones birmanas es formidable. Con una capacidad reproductiva asombrosa, pudiendo poner hasta 100 huevos por vez, estas serpientes han depredado al menos 76 especies, desde pequeños roedores hasta imponentes caimanes, transformando los Everglades en un festín para estos invasores. La erradicación completa, debido a su alta tasa de reproducción y su habilidad para camuflarse en la densa vegetación, se presenta como un desafío monumental. No obstante, los conejos robóticos, junto con otras estrategias como la contratación de cazadores profesionales, el Desafío de la Pitón de Florida (que logró capturar 294 serpientes en 2025) y el uso de pitones macho con transmisores para rastrear a las hembras, ofrecen un rayo de esperanza en la lucha por restaurar el equilibrio natural de este ecosistema único.
La batalla por los Everglades continúa, y la innovación tecnológica, encarnada en estos pequeños conejos robóticos, se alza como una herramienta fundamental en la defensa de la biodiversidad.
Fuente: El Heraldo de México