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29 de agosto de 2025 a las 05:20
Carreteras de Nayarit: ¿En abandono?
El corazón de la Sierra del Nayar late con dificultad. A pocos días del anhelado regreso a clases, el ciclo escolar 2025-2026 se presenta con un obstáculo imponente: la precariedad de sus caminos. No se trata simplemente de baches o desniveles, sino de una red vial herida de muerte, que dificulta, e incluso imposibilita, el acceso a varias comunidades del municipio. El clamor de docentes y habitantes resuena en las montañas, exigiendo una solución urgente a una problemática que afecta no solo la educación, sino la vida misma en la región.
El reciente descarrilamiento de un camión de pasajeros, ocurrido el 28 de agosto en el escarpado tramo entre Arroyo de Camarones y Cofradía de Pericos, ilustra con crudeza la gravedad de la situación. Las lluvias, inclementes, han exacerbado el deterioro de la terracería, convirtiéndola en una trampa peligrosa. No son solo palabras: el testimonio de quienes viven esta realidad a diario confirma el riesgo constante al que se exponen al transitar por estos caminos. Imaginen la angustia de los pasajeros en ese autobús, la incertidumbre ante un trayecto que se convierte en una ruleta rusa.
Los docentes, con la vocación que los caracteriza, se preparan para el inicio de clases, pero la tarea se vuelve titánica. El acceso a las escuelas, ya de por sí complicado, se ha vuelto una verdadera odisea. ¿Cómo planificar el ciclo escolar con semejante incertidumbre? ¿Cómo garantizar la seguridad de los alumnos en el trayecto? Las preguntas se acumulan, y las respuestas, por parte de las autoridades, brillan por su ausencia.
Pero el problema va más allá de la educación. El acceso a servicios básicos, como la salud, también se ve severamente afectado. ¿Cómo llega una ambulancia a una comunidad aislada por un camino intransitable? ¿Cómo se abastecen de víveres y medicinas si el transporte es una quimera? La precariedad de la infraestructura vial condena a estas comunidades a un aislamiento que las deja a la merced de la inclemencia del tiempo y la desidia gubernamental.
Los habitantes, cansados de promesas incumplidas, alzan la voz. Su demanda es clara y concisa: la reparación inmediata de los caminos. No piden lujos, sino lo básico: el derecho a transitar con seguridad, el derecho a la educación, el derecho a la salud, el derecho a una vida digna. “Hacemos un llamado a la autoridad estatal”, expresan con firmeza, “por respeto a los trabajadores y por respeto y beneficio de su mismo pueblo”. Un llamado que no puede ser ignorado, un llamado que exige una respuesta inmediata.
La Sierra del Nayar espera. Sus habitantes, resilientes, se aferran a la esperanza de un futuro mejor. Un futuro donde los caminos no sean sinónimo de peligro, sino de conexión, de progreso, de vida. La pelota está en la cancha del gobierno. ¿Estará a la altura del desafío? El tiempo, y la paciencia de los nayaritas, se agotan.
Fuente: El Heraldo de México