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29 de agosto de 2025 a las 03:50
Afrodescendientes en Chiapas: Raíces y Futuro
La herencia africana late fuerte en el corazón de México, y Chiapas no es la excepción. Si bien el 2.4% de la población mexicana se reconoce como afrodescendiente, según la ENADID 2023, es en estados como Chiapas donde la historia de estas comunidades cobra una dimensión particular. Imaginen: 28,000 mujeres afrodescendientes, según el Censo 2020, tejiendo la rica trama cultural chiapaneca, un número que, aunque parezca pequeño en comparación con la población total, representa una fuerza vital que ha resistido el paso del tiempo y la invisibilización. Estas mujeres, con un promedio de 2.3 hijos, superior a la media nacional, son el pilar de familias que mantienen vivas tradiciones ancestrales, sabores, ritmos y una cosmovisión única.
Es fascinante observar cómo, a diferencia del 22.6% de la población afrodescendiente a nivel nacional que migra a otras entidades, en Chiapas, solo el 3.3% decide dejar su tierra. Este profundo arraigo habla de la fortaleza de sus comunidades, de la conexión con la tierra y con una historia que se entrelaza con las raíces más profundas del estado. ¿Qué significa este apego a su territorio? Habla de identidad, de la lucha por preservar su cultura en el lugar que las vio nacer, de la resistencia silenciosa pero firme ante la adversidad.
La edad mediana de 32 años, coincidente con la media nacional, nos muestra una población joven, llena de energía y con un futuro por delante. Un futuro que debe ser construido sobre la base del reconocimiento, el respeto y la igualdad de oportunidades. Pensemos en las implicaciones de estas cifras: 28,000 mujeres, la mitad de la población afrodescendiente en Chiapas, representan un potencial enorme para el desarrollo del estado. Su participación activa en la sociedad, libre de las barreras históricas de la discriminación y la marginación, es fundamental para construir un Chiapas más justo e inclusivo.
¿Cómo lograrlo? La clave está en la visibilización. Reconocer la existencia de estas comunidades, sus necesidades específicas, sus anhelos y sus contribuciones a la sociedad es el primer paso. El diseño de políticas públicas inclusivas, que atiendan sus necesidades en materia de salud, educación, empleo y que combatan el racismo estructural, es crucial. Imaginemos un Chiapas donde estas 28,000 mujeres tengan acceso a las mismas oportunidades que el resto de la población, donde sus voces sean escuchadas y sus derechos respetados.
Más allá de los números, hay historias de vida, de mujeres que luchan día a día por un futuro mejor para sus familias, mujeres que preservan la memoria de sus ancestros y que enriquecen la cultura chiapaneca con su presencia. Reconocerlas, visibilizarlas, es un acto de justicia social y un paso fundamental hacia la construcción de un México más diverso, equitativo e incluyente.
Fuente: El Heraldo de México