
28 de agosto de 2025 a las 22:15
Senado en caos: PAN denuncia violencia
La tensión política en México alcanzó un nuevo punto álgido con el reciente enfrentamiento físico entre el diputado Gerardo Fernández Noroña y el senador Alejandro Moreno Cárdenas en la tribuna del Senado. Este lamentable incidente, que ha generado una ola de reacciones y condenas, pone de manifiesto la creciente polarización y la preocupante escalada de la violencia en el ámbito político del país.
Jorge Romero, presidente del Partido Acción Nacional (PAN), calificó el episodio como una "desgracia" y una "derrota absoluta del ser humano". Sus palabras reflejan la consternación generalizada ante un acto que traspasa los límites del debate político y pone en entredicho la capacidad de los representantes populares para dialogar y encontrar soluciones pacíficas a las diferencias. Romero enfatizó que, si bien las discrepancias ideológicas son legítimas y forman parte del juego democrático, la violencia física es inaceptable bajo cualquier circunstancia. "Hay muchos tipos de violencia", señaló el líder panista, aludiendo a la dificultad que enfrenta la oposición para expresar sus puntos de vista, pero insistió en que la agresión física representa un punto de no retorno que degrada la política y la imagen del país.
Más allá de la condena a la violencia física, el incidente ha desatado una controversia jurídica en torno a la posibilidad de desaforar a Alejandro Moreno. Romero ha tachado de "show" y "circo" la amenaza de los morenistas de iniciar un proceso de desafuero contra Moreno, argumentando que carecen de la facultad legal para hacerlo. Según el líder del PAN, solo una fiscalía o un Ministerio Público puede promover un juicio de procedencia. Esta discrepancia en la interpretación de las normas legales añade otra capa de complejidad al conflicto y evidencia la profunda división que existe entre las diferentes fuerzas políticas.
La preocupación por el rumbo que está tomando la política mexicana es palpable. El espectáculo bochornoso que protagonizaron Noroña y Moreno desvía la atención de los problemas reales que aquejan a la ciudadanía. En lugar de debatir sobre las soluciones a la inseguridad, la pobreza, la desigualdad y la crisis económica, los representantes populares se enfrascan en disputas personales y recurren a la violencia, lo que genera desconfianza y desilusión en la población. La imagen de un Senado convertido en un ring de boxeo es una metáfora de la degradación del debate político y un síntoma alarmante de la crisis que atraviesa la democracia mexicana.
La pregunta que surge ahora es: ¿cómo recuperar la cordura y el respeto en la arena política? ¿Cómo reconstruir la confianza de la ciudadanía en sus representantes? El camino hacia la reconciliación y la construcción de un diálogo constructivo no será fácil, pero es imperativo que las fuerzas políticas asuman su responsabilidad y trabajen juntas para superar esta crisis. La violencia no puede ser la respuesta a las diferencias ideológicas. El futuro de México depende de la capacidad de sus líderes para encontrar puntos de encuentro y construir un país más justo y democrático para todos.
Fuente: El Heraldo de México