Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Economía

28 de agosto de 2025 a las 03:00

Obtén indemnización por daños causados por baches en CDMX

La furia implacable de las lluvias atípicas que azotan la Ciudad de México ha desatado un efecto dominó de consecuencias económicas, golpeando con fuerza a los bolsillos de los capitalinos. El reblandecimiento del terreno, cual lienzo vulnerable a la incesante caída del agua, se traduce en una proliferación alarmante de baches, trampas ocultas que acechan a los conductores. Desde la ponchadura, un contratiempo molesto pero manejable, hasta los daños severos en amortiguadores y dirección, el espectro de perjuicios es amplio y costoso. Las redes sociales, convertidas en un eco de la realidad urbana, se inundan de reportes ciudadanos que dan cuenta de las consecuencias, historias de automovilistas que comparten su infortunio al caer en estas grietas del asfalto. El caso viral del bache en Periférico y Viaducto, donde varios vehículos sucumbieron a su emboscada, es un ejemplo palpable de la magnitud del problema.

Ante este panorama, es crucial que los conductores conozcan el protocolo a seguir en caso de sufrir daños vehiculares por un bache. Reportar el incidente de inmediato es fundamental, permitiendo la evaluación precisa de los daños por parte del ajustador y la posterior cobertura de los gastos. Incluso sin contar con una aseguradora propia, las autoridades capitalinas, en colaboración con diversas compañías, ofrecen soporte y asesoría a los afectados. Tener a la mano la documentación necesaria agiliza el proceso. Sin embargo, es importante tener en cuenta que existen excepciones a la cobertura, particularmente si el incidente ocurre durante una infracción de tránsito.

El Dr. Édgar Castillo Huerta, profesor de la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México, adscrito al Centro de Transformación Digital del Tec, analiza el impacto de estas lluvias atípicas. En una entrevista concedida al Heraldo de México, el experto señala que estas precipitaciones, exacerbadas por el cambio climático, no son un fenómeno aislado, sino una preocupante tendencia global que exige un compromiso firme con los objetivos de desarrollo sostenible. Más allá de los autos varados en las inundaciones de Periférico, Viaducto o Xochimilco, el impacto económico se extiende a diversos sectores. La Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) ha reportado cifras alarmantes: tan solo en el primer semestre de 2025, el 41% de los pagos por siniestros, superando los 1,500 millones de pesos, está relacionado con inundaciones, y la temporada aún no termina. Con un costo promedio de 70,000 pesos por vehículo dañado en una inundación, la importancia de contar con un seguro adecuado se vuelve evidente.

Si bien las imágenes virales de autos atrapados en inundaciones muestran el impacto directo en los automovilistas, las consecuencias se ramifican a otros sectores. Las familias que dependen del transporte público enfrentan largos trayectos debido a las interrupciones del servicio, como en el caso de la Línea 2 del Metro, vulnerable a las inclemencias del tiempo por su trazado en superficie. Las pérdidas de electrodomésticos por inundaciones en viviendas también son una realidad dolorosa para muchas familias.

Desde los baches que se convierten en tema de conversación vecinal, hasta la pérdida de televisores por las fluctuaciones de voltaje durante las tormentas eléctricas, el impacto de las lluvias atípicas se siente en todos los ámbitos. Los comercios, ya sea por la disminución de clientes o por daños a su inventario debido a las inundaciones, también sufren pérdidas considerables.

Los micronegocios, un motor fundamental de la economía, reportan pérdidas que oscilan entre los 100,000 y 120,000 pesos, una "afectación durísima", según el Dr. Castillo Huerta. Incluso los gobiernos se ven obligados a destinar mayores recursos a apoyos sociales para mitigar los daños, creando un círculo vicioso de impacto económico. La situación exige una reflexión profunda sobre la adaptación a esta nueva realidad climática y la implementación de medidas que protejan a la población y a la economía de los embates de la naturaleza.

Fuente: El Heraldo de México