El cielo oaxaqueño se tiñó de misterio la tarde de ayer, dejando a su paso una estela de incertidumbre y especulación. Un estruendo, que resonó con fuerza en los Valles Centrales, acompañado de un resplandor inusual en el firmamento, despertó la inquietud de los habitantes de Zimatlán de Álvarez, Santa María Atzompa, San Lorenzo, Etla y Cacaotepec. Las redes sociales se convirtieron en el epicentro de un torbellino de hipótesis, donde la posibilidad de un meteorito cruzando el cielo oaxaqueño se alzaba como la explicación más popular. La incertidumbre se alimentaba de testimonios que describían un temblor ligero posterior al estruendo, un detalle que avivaba aún más las teorías de un evento celestial.

La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) de Oaxaca intervino en la creciente ola de especulación a través de un comunicado oficial. Desmintiendo la caída de un meteorito, la SSPC atribuyó el incidente a un incendio en un basurero ubicado en la zona verde de Zimatlán de Álvarez. Según las autoridades, el fuego fue controlado rápidamente, previniendo una propagación mayor. Sin embargo, esta versión oficial no convenció a todos. Numerosos testigos refutaron la explicación del incendio, argumentando que la magnitud del estruendo y el resplandor previo no correspondían con un evento de esa naturaleza.

La controversia se centra en la intensidad del sonido y su alcance. Comunidades como Etla y Cacaotepec, situadas a casi una hora en automóvil de Zimatlán de Álvarez, epicentro del incidente, reportaron haber escuchado el estruendo. Esto implica un radio de alcance de aproximadamente 47 kilómetros, una distancia considerable que muchos consideran incompatible con la explicación de un simple incendio de basura. “Ninguna explosión de basura genera esos decibeles, que se escuchó hasta Etla. Aquí en San Lorenzo Cacaotepec vimos un resplandor de luz en el cielo y luego vino el estruendo muy fuerte. Sentimos un ligero temblor también”, declararon algunos pobladores en plataformas digitales, expresando su escepticismo ante la versión oficial.

La discrepancia entre la versión oficial y los testimonios presenciales ha sembrado la duda en la comunidad. ¿Se trató realmente de un incendio en un basurero o hubo algo más? La falta de una explicación convincente que abarque todos los fenómenos observados – el resplandor, el estruendo y el ligero temblor – deja espacio para la conjetura. Mientras tanto, el misterio del cielo oaxaqueño permanece sin resolver, alimentando la conversación en redes sociales y dejando una pregunta latente: ¿qué fue lo que realmente sucedió esa tarde? ¿Se ocultará la verdad o se revelará con el tiempo? El enigma continúa. La búsqueda de respuestas sigue en pie.