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28 de agosto de 2025 a las 05:45

Error al viajar: Evita perder tu Green Card

La Green Card, ese documento tan anhelado que representa la residencia permanente en Estados Unidos, no es un cheque en blanco para viajar libremente por el mundo sin consecuencias. A pesar de lo que muchos creen, mantenerla requiere un compromiso tangible con el país, una presencia real y constante que demuestre que Estados Unidos es, de hecho, tu hogar. La Embajada de Estados Unidos ha emitido una advertencia crucial para todos los titulares de la Green Card: ausencias prolongadas pueden interpretarse como abandono de la residencia, llevando a su revocación.

Imaginen la angustia: años de esfuerzo, trámites y esperanzas, desvaneciéndose en un solo viaje. El USCIS, el organismo encargado de la inmigración, observa con lupa los periodos de tiempo que los residentes pasan fuera del país. Si bien la Green Card permite la salida y entrada, la clave está en la temporalidad de esas ausencias. Un viaje de vacaciones, una visita familiar, un compromiso laboral puntual: todo esto entra dentro de lo esperado. Pero, ¿qué sucede cuando la ausencia se prolonga más allá de lo razonable?

La línea roja se sitúa en los seis meses. Superar este límite enciende las alarmas y obliga a presentar pruebas contundentes que demuestren la intención de regresar a Estados Unidos. Facturas, contratos de alquiler, cuentas bancarias, matrículas escolares de los hijos: todo sirve como evidencia de que la vida, el centro de gravedad, sigue estando en territorio estadounidense.

La situación se vuelve crítica al superar el año fuera del país. En este punto, la pérdida del estatus de residente es casi automática. La única salvación es contar con un permiso especial de reingreso, el Formulario I-131, que otorga un plazo de hasta dos años para regresar sin perder la residencia. Este documento es fundamental para quienes, por motivos laborales, académicos o familiares, necesitan permanecer fuera de Estados Unidos por un período extenso.

¿Qué ocurre si ya se superó el año fuera y no se cuenta con el Formulario I-131? Aún queda una opción, aunque compleja: solicitar la visa de residente que regresa (SB-1) en la embajada o consulado estadounidense más cercano. Este proceso implica demostrar, con pruebas irrefutables, que la intención de regresar siempre estuvo presente y que el estatus de residente seguía vigente al momento de la salida. Es una batalla legal cuesta arriba, que requiere la asistencia de un abogado especializado y una sólida documentación que respalde la historia del solicitante.

La moraleja es clara: la Green Card no es un billete de ida y vuelta sin restricciones. Es un privilegio que conlleva responsabilidades, y la principal es mantener un vínculo real y permanente con Estados Unidos. Planificar cada salida con anticipación, documentar la vida en el país y, en caso de ausencias prolongadas, tramitar los permisos correspondientes, son medidas esenciales para evitar la pérdida de la residencia. No arriesguen años de esfuerzo por un descuido. La Green Card es un tesoro que debe protegerse con diligencia y responsabilidad. No la den por sentada.

Fuente: El Heraldo de México