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28 de agosto de 2025 a las 17:40

El clamor de Robin Westman antes de la tragedia

La tragedia vuelve a golpear a la nación. Un nuevo tiroteo escolar, esta vez en la Escuela Católica Annunciation, nos deja con el corazón encogido y la mente llena de preguntas. Robin Westman, un joven de 22 años, irrumpió en la iglesia adyacente a la escuela durante una misa matutina, arrebatando la vida de dos niños de 8 y 10 años que se encontraban en oración y dejando a otros 17 heridos. La masacre, perpetrada con una pistola, una escopeta y un rifle, ha reabierto el debate sobre el control de armas y la salud mental en Estados Unidos.

Westman, antes de cometer el atroz acto, publicó un video de 7 minutos en sus redes sociales, un escalofriante presagio de la violencia que estaba a punto de desatar. En el video, mostraba los cartuchos que usaría en el tiroteo, algunos con mensajes enigmáticos llenos de odio y resentimiento hacia figuras políticas, incluyendo al expresidente Donald Trump. La frase "Where is your God?" (¿Dónde está tu Dios?), escrita en uno de los cartuchos, revela un profundo desprecio por la religión, un sentimiento que también queda patente en otros mensajes. Las imágenes del video muestran una habitación repleta de armas, un testimonio perturbador de la facilidad de acceso a armamento en el país.

Más allá del video de 7 minutos, Westman también publicó un segundo video de 20 minutos en YouTube, posteriormente eliminado por la plataforma, donde leía su manifiesto personal, escrito en un diario rojo. En este documento, no solo expresaba su odio, sino que también se despedía de su familia y amigos, pidiéndoles perdón por sus actos. A sus padres, les aseguraba que no habían cometido ningún error en su crianza y les agradecía el amor que le habían brindado, reconociendo que en algún momento poseyó empatía, la cual se vio corroída por el odio y la oscuridad que lo consumió. Les pedía que siguieran adelante, a pesar del dolor y la probable condena social que enfrentarían.

El manifiesto culmina con una desgarradora confesión de la profunda depresión que lo atormentaba: "He querido esto por mucho tiempo. No estoy bien. No estoy nada bien, soy una persona triste, perseguida por estos pensamientos que no me dejan en paz. Sé que está mal, pero no puedo repararme." Sus palabras revelan la lucha interna de un joven atrapado en la desesperanza, un joven que, según sus propias palabras, había sido suicida durante años y que finalmente decidió "tomar acción contra el mundo". Este acto de violencia extrema nos obliga a reflexionar, una vez más, sobre la importancia de la salud mental y la necesidad de implementar medidas que eviten que tragedias como esta se repitan. La pregunta que resuena es: ¿cuántas vidas más se perderán antes de que se produzca un cambio real?

Fuente: El Heraldo de México