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28 de agosto de 2025 a las 04:35
Ansiedad: 3 Rasgos Comunes
La ansiedad, ese fantasma invisible que se ha colado en nuestras vidas, se manifiesta de maneras sorprendentes. No solo se trata de los latidos acelerados, la opresión en el pecho o la sensación de ahogo. La psicóloga Ángela Fernández, en un vídeo que ha revolucionado TikTok, nos revela una perspectiva fascinante: la conexión entre la ansiedad y ciertos rasgos de personalidad. Rasgos que, paradójicamente, suelen ser admirados socialmente.
Fernández desvela tres características comunes en personas con ansiedad, abriendo una ventana a la comprensión y, lo más importante, a la gestión de este trastorno tan extendido. Habla de una "mirada flexible y compasiva", un bálsamo frente a la rigidez del perfeccionismo y la amargura de la frustración, dos tendencias que, como una epidemia silenciosa, se propagan en nuestra sociedad actual.
El primer rasgo que destaca es la responsabilidad exacerbada. Individuos que cargan sobre sus hombros el peso del mundo, convirtiéndose en el soporte de todos a su alrededor. Personas comprometidas, sí, pero que muchas veces se olvidan de su propio bienestar, incapaces de delegar o de decir "no" por temor a decepcionar. Este exceso de responsabilidad se convierte en una olla a presión, generando una tensión constante que alimenta la ansiedad. Aprender a establecer límites sanos, a priorizar el autocuidado, es fundamental para romper este círculo vicioso.
En segundo lugar, Fernández señala el perfeccionismo extremo. Esa búsqueda incansable de la perfección, esa obsesión por el detalle que puede paralizar y generar una insatisfacción crónica. La presión autoimpuesta por alcanzar estándares inalcanzables se convierte en un combustible para la ansiedad. Aceptar la imperfección, tanto propia como ajena, es un paso esencial para liberarse de esta carga. Aprender a valorar el proceso, a celebrar los pequeños logros y a aceptar los errores como oportunidades de aprendizaje es clave para cultivar una relación más sana con nosotros mismos.
Finalmente, la psicóloga menciona la alta sensibilidad emocional. Personas que vibran con intensidad, que se conmueven profundamente con las alegrías y las tristezas, que empatizan con el sufrimiento ajeno. Esta sensibilidad, aunque maravillosa, puede convertirles en esponjas emocionales, absorbiendo las energías del entorno, tanto las positivas como las negativas. Aprender a gestionar esta sensibilidad, a protegerse de la sobrecarga emocional, es fundamental para mantener el equilibrio y evitar que la ansiedad se apodere de sus vidas. Técnicas como la meditación, el mindfulness o el yoga pueden ser herramientas valiosas para fortalecer la resiliencia emocional.
Fernández nos invita a reflexionar sobre estos rasgos, no para etiquetarnos ni para juzgarnos, sino para conocernos mejor. Nos recuerda que la autoconciencia es el primer paso hacia el cambio. Reconocer estas tendencias nos permite comprender cómo la ansiedad se manifiesta en nuestras vidas y nos empodera para desarrollar estrategias de afrontamiento más efectivas. No se trata de negar nuestra naturaleza, sino de aprender a gestionarla con inteligencia emocional, cultivando la autocompasión y la flexibilidad. El camino hacia el bienestar no es una carrera de velocidad, sino un maratón que requiere paciencia, perseverancia y, sobre todo, una mirada amable hacia nosotros mismos.
Fuente: El Heraldo de México