
28 de agosto de 2025 a las 23:10
Alimentos que provocan pesadillas: ¿Qué estás comiendo?
¿Alguna vez te has despertado en medio de la noche con la sensación de haber corrido una maratón, o escapando de un monstruo con tentáculos de queso derretido? No estás solo. Esa pizza deliciosa que te devoraste antes de dormir, ese último trozo de pastel de chocolate que te suplicaba desde la nevera, podrían ser los culpables de tus aventuras oníricas, a veces dignas de una película de ciencia ficción de bajo presupuesto. La ciencia, por fin, nos da una explicación, confirmando lo que nuestras abuelas ya sabían: “¡Muchacho, no te vayas a dormir con la barriga llena!”.
El estudio de la UFRGS no solo confirma la sabiduría popular, sino que la eleva a categoría científica. Imaginen a miles de brasileños, participando en este fascinante experimento, registrando fielmente cada bocado nocturno y cada sueño, desde los más placenteros hasta las pesadillas más surrealistas. Y los resultados, como decíamos, son reveladores. Ese chorizo extra picante, esa hamburguesa doble con queso y tocino… delicias para el paladar, pero bombas de relojería para nuestro descanso.
La clave está en la compleja interacción entre nuestro sistema digestivo y el cerebro. Cuando nos acostamos con el estómago trabajando a toda máquina para procesar una comida pesada, se genera una cascada de reacciones que alteran nuestros neurotransmisores, esas pequeñas moléculas que orquestan la sinfonía del sueño. La serotonina y la dopamina, encargadas de regular las distintas fases del sueño, se ven afectadas por este festín nocturno, dando lugar a un sueño fragmentado, poblado de imágenes extrañas y, en muchos casos, terroríficas.
Pero, ¿qué pasa con los lácteos y los postres? ¿Acaso un vaso de leche tibia no es el remedio infalible para un buen descanso? Pues, como todo en la vida, la moderación es la clave. Si bien un pequeño capricho dulce puede ser reconfortante, el exceso de azúcar y grasas en la leche entera, los quesos curados, o ese irresistible postre, también puede perturbar nuestro sueño, desencadenando sueños vívidos e incluso pesadillas.
La investigación de la UFRGS no se queda en la simple observación. Abre la puerta a nuevas líneas de investigación, a una comprensión más profunda de la intrincada relación entre la nutrición y el sueño. Imaginen las posibilidades: dietas personalizadas para un sueño reparador, alimentos que promuevan sueños lúcidos, ¡incluso menús diseñados para evitar esas pesadillas recurrentes con el jefe!
Mientras tanto, los resultados del estudio nos ofrecen algunas pistas valiosas. Si buscamos un descanso tranquilo y un despertar renovado, la clave está en la ligereza. Cenas frescas, a base de verduras, frutas, y proteínas magras, son la mejor opción para conciliar el sueño y evitar las pesadillas. Y si el antojo por un dulce es irresistible, quizás una pequeña porción, disfrutada con calma y varias horas antes de dormir, sea la mejor estrategia para mantener a raya a los monstruos del queso derretido y disfrutar de un sueño placentero y reparador. Después de todo, una buena noche de sueño es la mejor receta para un día lleno de energía y buen humor.
Fuente: El Heraldo de México