
28 de agosto de 2025 a las 05:10
Alerta: Sarampión en México ¿En qué estado hay más casos?
La sombra del sarampión se extiende por México, dejando una estela de preocupación en familias y autoridades sanitarias. Dieciocho nuevos casos en las últimas 24 horas, una cifra que resuena como una alarma y nos recuerda la persistencia de esta enfermedad prevenible. El reporte diario, emitido con la rigurosidad que exige la situación, pinta un panorama complejo: 4,292 casos confirmados hasta el 27 de agosto, un número que ha ido escalando semana tras semana desde aquel primer caso registrado en la semana epidemiológica número 5. Y tras esos números, hay rostros, historias de niños, jóvenes y adultos luchando contra un virus que no debería tener cabida en el siglo XXI.
La Secretaría de Salud, en su incansable labor de vigilancia epidemiológica, ha identificado 21 estados y 89 municipios bajo el asedio del sarampión. Un mapa que se tiñe de rojo, mostrando la dispersión del virus y la necesidad de reforzar las medidas de prevención en todo el territorio nacional. Los niños menores de 4 años son los más vulnerables, seguidos por los jóvenes de entre 25 y 34 años, un dato que nos obliga a reflexionar sobre la importancia de la vacunación en todas las etapas de la vida.
El sarampión no es un enemigo invisible. Se manifiesta con síntomas claros: una fiebre alta que persiste por días, seguida de una erupción cutánea característica, ese manto rojizo que se extiende desde el rostro y el cuello hasta cubrir gran parte del cuerpo. Pero más allá de las molestias visibles, el sarampión puede desencadenar complicaciones graves, como neumonía, encefalitis, diarrea severa e infecciones respiratorias. Complicaciones que pueden dejar secuelas permanentes e incluso, en los casos más trágicos, provocar la muerte. Las 15 defunciones registradas hasta la fecha son un doloroso recordatorio de la severidad de esta enfermedad y la importancia de no bajar la guardia.
Aunque no existe un tratamiento antiviral específico, la atención médica oportuna es crucial para prevenir complicaciones y minimizar el sufrimiento de los pacientes. Una nutrición adecuada, la hidratación constante y el manejo de la deshidratación son pilares fundamentales en el abordaje del sarampión. En casos de infecciones bacterianas secundarias, como neumonía o infecciones del oído, los antibióticos se convierten en aliados indispensables. Además, la suplementación con vitamina A juega un papel clave en el fortalecimiento del sistema inmunológico y la recuperación de los pacientes.
Ante este panorama, la vacunación se erige como la mejor arma para combatir el sarampión. La vacuna triple viral (SRP), que protege también contra la rubeola y la parotiditis, es segura, eficaz y accesible. Dos dosis son suficientes para construir un escudo protector: la primera a los 12 meses de edad y un refuerzo a los 6 años. Vacunar a nuestros hijos es un acto de amor y responsabilidad, una forma de protegerlos a ellos y a la comunidad.
La lucha contra el sarampión es una tarea colectiva. Informarnos, vacunarnos y seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias son pasos esenciales para frenar el avance de esta enfermedad. No podemos permitir que el sarampión siga propagándose, robando la salud y la tranquilidad de nuestras familias. Juntos, podemos construir un futuro libre de sarampión.
Fuente: El Heraldo de México