La angustia se apodera de la familia Cruz Marcial. Yareli Michel, una joven de apenas 20 años, llena de ilusiones y con el deseo de labrarse un futuro mejor, desapareció el pasado 17 de agosto en el bullicioso centro de Monterrey. Proveniente de San Luis Potosí, Yareli llegó a la ciudad con la esperanza de encontrar trabajo como empleada doméstica, un sueño que ahora se ve opacado por la incertidumbre y el temor.

Su llegada a Monterrey se estima entre el 14 y el 15 de agosto. Desde entonces, el silencio se ha convertido en la peor pesadilla para su familia. La falta de comunicación, inusual en Yareli, encendió las alarmas. La última vez que se supo de ella fue a través de una breve conversación telefónica, en la que preguntó por su pequeño hijo Ever, de tan solo 3 años. Después de esa llamada, el vacío. Su teléfono dejó de responder, sumiendo a su familia en una espiral de desesperación.

Imaginen la escena: una joven, llena de vida, caminando por la Alameda Mariano Escobedo en compañía de una amiga, con dirección al Mercado Juárez. Ese es el último recuerdo que se tiene de Yareli antes de su desaparición. Una imagen que ahora atormenta a sus seres queridos, quienes se aferran a la esperanza de encontrarla sana y salva.

Ante la falta de noticias, la familia de Yareli no se quedó de brazos cruzados. De inmediato, activaron una ficha de búsqueda ante la Fiscalía del Estado de Nuevo León, con la esperanza de que las autoridades puedan arrojar luz sobre este misterioso caso. La Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas se ha sumado a la investigación, analizando cada detalle, cada pista, con la urgencia que la situación amerita.

El 17 de agosto, la fecha oficial de la desaparición, marcó el inicio de una búsqueda incansable. La familia viajó desde San Luis Potosí hasta Monterrey, decidida a recorrer cada rincón de la ciudad, con la imagen de Yareli grabada en sus mentes y en los carteles de búsqueda que distribuyen con desesperación.

La descripción de Yareli es clave en esta búsqueda contrarreloj. El día de su desaparición vestía un pantalón de mezclilla azul marino, una blusa blanca de rayas y tenis negros. Además, varios tatuajes distintivos podrían ayudar a identificarla: una copa con un corazón encima en sus antebrazos, alas de ángel con la letra "N" en la parte media, la fecha "29 de marzo de 2024" junto a la letra "Y" en cursiva, y una aureola lunar en forma de mancha en la parte baja de la espalda.

Cada minuto que pasa aumenta la angustia de la familia. La incertidumbre se convierte en un tormento constante. ¿Dónde está Yareli? ¿Qué le sucedió? Son las preguntas que resuenan en sus cabezas, mientras continúan la búsqueda, aferrados a la esperanza de un reencuentro. Las autoridades hacen un llamado a la ciudadanía para que cualquier información, por mínima que parezca, sea reportada de inmediato. La colaboración de todos es crucial para traer de vuelta a Yareli con su familia y, especialmente, con su pequeño hijo Ever, quien espera ansiosamente el regreso de su madre.