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27 de agosto de 2025 a las 03:05

Tesoro Nazi Recuperado en Argentina

La historia del arte a menudo se entrelaza con la historia de la humanidad, y no siempre de la manera más bella. El descubrimiento del "Portrait of a Lady" en Argentina nos recuerda la sombra alargada del saqueo nazi y la incansable búsqueda de justicia que aún perdura. Imaginen la vida de Jacques Goudstikker, un comerciante judío apasionado por el arte, construyendo una colección de más de mil cien obras, cada una un tesoro, una ventana a la historia, una expresión de la belleza humana. Y luego, el horror de la guerra, la persecución, la huida desesperada, culminando en una muerte trágica en 1940. Su colección, su legado, arrebatados y dispersados por los vientos de la barbarie.

La venta forzada a Hermann Göring, uno de los jerarcas más poderosos del régimen nazi, no fue una transacción, sino un robo a plena luz del día, un acto de violencia cultural que resonó a través de las décadas. Que más de 200 obras hayan sido recuperadas y devueltas a su heredera, Marei von Saher, en 2006, es un triunfo de la perseverancia y la justicia. Pero la historia no termina ahí. La búsqueda continúa, pieza por pieza, como un rompecabezas fragmentado que se intenta reconstruir.

El hallazgo del "Portrait of a Lady" en un anuncio inmobiliario, casi como un objeto decorativo más, es un giro del destino que roza lo surrealista. ¿Cómo llegó esta obra maestra a una casa en las cercanías de Buenos Aires? La conexión con Friedrich Kadgien, un alto oficial nazi que huyó a Argentina tras la guerra, añade otra capa de complejidad a este relato. La imagen del cuadro colgado en el salón de una de las hijas de Kadgien, ajena quizás a su historia, a su significado, a la carga emocional que representa, es un recordatorio de cómo el pasado puede acechar en los lugares más inesperados.

El silencio de las hijas de Kadgien ante los pedidos de información genera aún más interrogantes. ¿Desconocimiento? ¿Indiferencia? ¿Temor? La incertidumbre añade un elemento de suspense a esta historia ya de por sí fascinante. Mientras tanto, los expertos de la Agencia neerlandesa del Patrimonio Cultural (RCE) esperan ansiosos la posibilidad de examinar la pintura de cerca, de confirmar su autenticidad, de devolverle su nombre y su lugar en la historia.

Las palabras de Marei von Saher, a sus 81 años, resuenan con la fuerza de la determinación y el peso de la memoria: "El objetivo de mi familia es recuperar cada pieza robada de la colección y restaurar su legado". Su lucha no es solo por recuperar objetos de valor, sino por restaurar la dignidad de su familia, por honrar la memoria de Jacques Goudstikker, por mantener viva la llama de la justicia en un mundo que a menudo parece olvidarse demasiado rápido. Este caso no es un hecho aislado, sino un símbolo de la lucha contra el expolio cultural, un recordatorio de que el arte no es solo un objeto de belleza, sino también un testigo de la historia, un portador de memoria, un símbolo de la resistencia contra la barbarie. La búsqueda continúa, y con cada obra recuperada, se escribe un nuevo capítulo en la historia de la justicia y la reparación.

Fuente: El Heraldo de México