La llegada de Kellen Moore a los New Orleans Saints inyecta una dosis de esperanza, aunque cautelosa, en una franquicia sedienta de victorias. Tras una temporada desastrosa, la limpia en el equipo era inevitable, y Moore, con su brillante historial como coordinador ofensivo de los campeones Philadelphia Eagles, se presenta como la pieza clave para reconstruir un ataque anémico. La apuesta por el juego terrestre, que tan buenos resultados le dio con Saquon Barkley, parece ser la estrategia a seguir con el veterano Alvin Kamara. Sin embargo, la edad de Kamara, 30 años, es un factor ineludible. Para proteger a su estrella y asegurar la continuidad del juego terrestre, la pretemporada se convierte en un escaparate vital para los suplentes Kendre Miller y el novato Devin Neal, quienes tienen la oportunidad de demostrar su valía y, quizás, labrarse un futuro como titulares.

El fantasma de Drew Brees sigue rondando el Superdome. Desde su retiro en 2021, la inestabilidad en la posición de quarterback ha sido una constante, con siete titulares diferentes. La selección de Tyler Shough en la segunda ronda del Draft, un prospecto de casi 26 años, refleja la urgencia por encontrar al sucesor. La decisión de Moore de nombrar a Spencer Rattler como titular para el inicio de la temporada, tras una reñida competencia con Shough durante el verano, genera interrogantes. Rattler, con un registro de 0-6 como titular la temporada pasada y estadísticas poco convincentes (4 touchdowns, 5 intercepciones), tendrá que demostrar una notable mejoría para conservar su puesto. La sombra de Shough, esperando pacientemente su oportunidad, planea sobre Rattler.

La salud de Chris Olave, el receptor estrella del equipo, es otra gran preocupación. Dos conmociones cerebrales la temporada pasada encienden las alarmas. La fragilidad de Olave y el riesgo latente de un final prematuro de su carrera obligan a los Saints a extremar las precauciones. Mientras tanto, Rashid Shaheed se consolida como el segundo receptor, y la veteranía de Brandin Cooks, de regreso a la franquicia que lo vio nacer en la NFL, añade experiencia a un cuerpo de receptores que busca consolidarse. La competencia con el recién llegado Devaughn Vele promete ser feroz.

Moore, curtido en las trincheras de Philadelphia, sabe que una defensa sólida es fundamental para el éxito. La reconstrucción defensiva es otra de las tareas pendientes en New Orleans. El segundo peor equipo contra la carrera la temporada pasada, los Saints buscan una urgente mejora. La veteranía y liderazgo de Cameron Jordan, quien reestructuró su contrato para seguir aportando al equipo, serán claves para guiar a jóvenes promesas como el novato Vernon Broughton, llamado a ser el heredero de Jordan.

La temporada 2024 se presenta como un año de aprendizaje y evaluación para Kellen Moore y los Saints. La identificación de las fortalezas y debilidades de la plantilla es crucial para la reconstrucción del equipo. Con un pronóstico poco alentador de 5-12, la mirada se dirige inevitablemente al Draft de 2025, donde la figura de Arch Manning, sobrino de las leyendas Peyton y Eli, se perfila como la primera selección global y una potencial solución a los problemas de los Saints en la posición de quarterback. La esperanza, aunque distante, se mantiene viva en el Superdome.

Diego Carreño

@diegocarrenoff