
27 de agosto de 2025 a las 07:30
Pederasta veracruzano cae en Tijuana
La sombra de la justicia finalmente alcanzó a Benigno “N” en las calles de Tijuana, lejos de la jurisdicción donde se originó su presunta culpa. Creyendo encontrar anonimato en la bulliciosa frontera, este individuo, buscado por las autoridades veracruzanas por el aberrante delito de pederastia, se topó con la implacable persecución de la ley. Su ilusoria burla al sistema judicial se desvaneció el pasado 23 de agosto, cuando agentes de la Fiscalía General del Estado de Baja California lo arrancaron de su escondite en la colonia Garita de Otay.
Imaginemos la escena: la calle Fray Junípero Serra, un hervidero de actividad cotidiana, de pronto se convierte en el escenario de una captura. Los agentes de la Unidad de Aprehensiones de la Agencia Estatal de Investigación, tras una labor de inteligencia y seguimiento, cierran el círculo alrededor de Benigno “N”. Quizás él, confiado en su lejanía de Veracruz, nunca imaginó que el largo brazo de la justicia lo alcanzaría en esa ciudad fronteriza. La sorpresa, la incredulidad, y finalmente, la resignación, deben haberse dibujado en su rostro al momento de la detención.
La noticia de su captura resonó con fuerza, no solo en Baja California, sino también en el estado de Veracruz, donde la comunidad de San Andrés Tuxtla aguardaba con ansias este momento. El Juzgado Primero de Primera Instancia de esa localidad había girado la orden de aprehensión, un documento que se convirtió en la pieza clave para desencadenar la operación que culminó con Benigno “N” tras las rejas. La pederastia, un delito que deja cicatrices profundas en las víctimas y sus familias, no quedaría impune.
El proceso de extradición, meticuloso y riguroso, se puso en marcha. Las autoridades de Baja California y Veracruz trabajaron en conjunto para asegurar que Benigno “N” fuera trasladado de manera segura y eficiente. Cada paso, cada trámite, se realizó con la precisión que exige un caso de esta magnitud. No se trataba solo de capturar a un fugitivo, sino de enviar un mensaje claro a la sociedad: la justicia siempre prevalecerá, sin importar la distancia o los intentos de evasión.
Ahora, en Veracruz, Benigno “N” enfrentará las consecuencias de sus presuntos actos. El juez que lo requiere evaluará las pruebas presentadas por la fiscalía y garantizará un debido proceso. Mientras tanto, la comunidad espera que se haga justicia y que este caso sirva como un recordatorio de la importancia de proteger a los más vulnerables y de perseguir con firmeza a quienes atentan contra su seguridad y bienestar. La captura de Benigno “N” en Tijuana demuestra que no hay lugar donde esconderse de la justicia y que, tarde o temprano, las acciones tienen consecuencias.
Fuente: El Heraldo de México