La tragedia ha teñido de luto a la familia Mendoza, quienes desde la distancia claman por justicia para María Camila, una joven colombiana de 21 años cuyo cuerpo sin vida fue hallado en Madrid el pasado 21 de agosto. La incertidumbre y la desolación se apoderan de sus seres queridos, quienes denuncian irregularidades en la investigación y exigen respuestas claras ante la repentina partida de María Camila.

La joven, llena de sueños y con una vida por delante, había llegado a Madrid en 2023 buscando nuevas oportunidades. Su vida transcurría sin sobresaltos, integrándose a la vibrante capital española, hasta aquella fatídica noche. Según reportes, María Camila se encontraba en una fiesta con un grupo de personas cuando ocurrió la tragedia. Los paramédicos que acudieron al lugar encontraron a la joven sin vida y a otros asistentes con síntomas de intoxicación.

Esta es precisamente la raíz de la discordia y la angustia de la familia Mendoza. Mientras algunos de los presentes en la fiesta alegan que María Camila consumió sustancias ilegales, sus familiares rechazan categóricamente esta versión. Laura Mendoza, hermana de la víctima, ha declarado con firmeza al diario El Tiempo que María Camila no consumía drogas, ni en Colombia ni en España. "Sus amigos cercanos y familiares coincidimos con esa versión", asegura, desmintiendo los testimonios que buscan, según ellos, empañar la imagen de María Camila.

La falta de claridad en la investigación y la aparente pasividad de las autoridades españolas acrecientan el dolor y la indignación de la familia. Laura Mendoza cuestiona por qué, si los otros jóvenes presentes en la fiesta se sintieron mal, no acudieron a un centro médico. Y si este fue el caso, ¿por qué la policía no les realizó las pruebas toxicológicas pertinentes? La familia denuncia que a estos jóvenes no se les ha llamado a declarar ni se les ha sometido a ningún tipo de examen, lo que consideran una grave negligencia en el proceso. "Lo que vemos es que no se ha hecho un debido proceso", lamenta Laura.

La impotencia de la familia se agudiza ante la decisión de cremar el cuerpo de María Camila. El alto costo de mantener el cuerpo en la morgue en España los obligó a tomar esta dolorosa determinación, lo que dificulta la realización de nuevas pruebas o peritajes que podrían arrojar luz sobre las circunstancias de su muerte.

El clamor de justicia de la familia Mendoza resuena con fuerza. Exigen una investigación exhaustiva y transparente que esclarezca las causas del fallecimiento de María Camila y deslinde responsabilidades. Buscan la verdad y el consuelo de saber qué ocurrió realmente aquella noche, para poder, al fin, despedir a su hija, hermana y amiga en paz. La sombra de la duda y la sospecha se cierne sobre este caso, mientras una familia destrozada espera respuestas que les permitan cerrar este doloroso capítulo y honrar la memoria de María Camila. ¿Se hará justicia? Es la pregunta que resuena en el aire, esperando una respuesta de las autoridades españolas.