El carisma de Aldo de Nigris dentro de La Casa de los Famosos México ha generado una ola de interés no solo en su persona, sino también en su historia familiar. Más allá de las estrategias de juego y las dinámicas dentro de la casa, el público se ha conmovido con la evidente buena educación y caballerosidad del joven regiomontano, atribuida en gran medida a la crianza de su abuela, Doña Alegría, y su madre, Lety De Nigris. Este interés ha desenterrado un episodio delicado del pasado familiar: la separación de Lety de su esposo y padre de sus hijos.

Lejos de los rumores que circularon en redes sociales, donde se acusaba a Lety de abandonar a sus hijos, la versión de la madre y la abuela de Aldo pinta un cuadro muy diferente. En una transmisión en vivo cargada de emotividad, Doña Lety, visiblemente afectada, relató las dificultades que enfrentó durante su matrimonio, insinuando un contexto de violencia que la obligó a buscar refugio en casa de sus padres en varias ocasiones. Sin embargo, la situación se complicó aún más, según su testimonio, debido a la negativa de su padre a aceptarla de vuelta. "Me vine varias veces por violencia pero mi papá no me aceptaba, ‘¿te casaste por la iglesia? se me larga’", relató con voz entrecortada. Estas palabras dejan entrever la presión social y familiar que enfrentó en un momento tan vulnerable.

Doña Alegría, con la firmeza que la caracteriza, salió en defensa de su hija, desmintiendo categóricamente el supuesto abandono. Aseguró que la separación fue producto de un divorcio y que el padre de Aldo, valiéndose de influencias y argucias legales, logró quedarse con la custodia de los niños para evitar el pago de una pensión alimenticia que Doña Alegría calificó de "millonaria", ironizando sobre la cantidad de 1400 pesos por cada niño. Esta revelación añade una capa de complejidad al relato, mostrando la intrincada red de factores legales, económicos y emocionales que se entretejen en una separación.

La insistencia de Doña Lety en recalcar su constante presencia en la vida de sus hijos, dedicada a su crianza y educación, destaca el profundo dolor causado por las acusaciones de abandono. "Con mis hijos siempre estuve pegada a ellos, no dejaba que me los agarraba la chacha ni nadie, yo estaba con mis hijos…el más chiflado era Aldito, el más hiperactivo…por eso están bien educados porque no los chiflé", compartió con orgullo y nostalgia. Estas palabras no solo buscan limpiar su nombre, sino también reivindicar su rol como madre y el amor incondicional que siempre ha profesado por sus hijos.

La historia de Lety De Nigris se convierte en un reflejo de las dificultades que muchas mujeres enfrentan al separarse, a menudo juzgadas y señaladas injustamente. Su testimonio, cargado de vulnerabilidad y valentía, abre un espacio para la reflexión sobre la importancia de escuchar todas las versiones de una historia y la necesidad de empatía y comprensión ante situaciones familiares complejas. El brillo de Aldo en La Casa de los Famosos ha iluminado, sin quererlo, un capítulo doloroso del pasado familiar, ofreciendo una oportunidad para comprender la fuerza y resiliencia de una madre que luchó por sus hijos en silencio. Y en la era de las redes sociales, donde la información se viraliza a la velocidad de la luz, este caso nos recuerda la importancia de la cautela y la responsabilidad a la hora de difundir información, especialmente cuando se trata de asuntos tan sensibles como la vida privada de las personas.