Acapulco respira. Tras años sumida en la sombra de la violencia, la perla del Pacífico empieza a recuperar su brillo. No es magia, sino el fruto de un trabajo coordinado, una estrategia nacional de seguridad que está dando resultados tangibles. Las cifras hablan por sí solas: detenciones relevantes, decomisos históricos de droga, y la desarticulación de peligrosas bandas criminales dedicadas a la extorsión. El miedo, que por tanto tiempo paralizó a la ciudad, comienza a ceder ante la presencia firme de las instituciones.

Imaginen el impacto de sacar de las calles a "El Toluco", presunto líder de una célula delictiva que asolaba los mercados de Acapulco, exigiendo cuotas a comerciantes que, con el sudor de su frente, buscan el sustento de sus familias. Este no es solo un número más en una estadística, es una victoria para la gente, un respiro para la economía local, un paso firme hacia la tranquilidad. Y no es un caso aislado. La detención de "El Toluco" se suma a la de otros siete miembros de su red criminal, demostrando la eficacia del trabajo de inteligencia y la determinación de las autoridades para desmantelar estas organizaciones desde la raíz.

Más allá de las calles, la lucha contra el narcotráfico se libra también en alta mar. Mil quinientos kilos de cocaína incautados en aguas acapulqueñas representan un duro golpe a las estructuras del crimen organizado. Imaginen la cantidad de droga que se ha evitado que llegue a las calles, la cantidad de vidas que se han salvado gracias a la incansable labor de la Marina. Estas 47 toneladas de droga decomisadas en lo que va de la administración no son solo un número, son la prueba irrefutable del compromiso del gobierno con la seguridad del país.

La clave de este éxito radica en la coordinación. La Gobernadora Evelyn Salgado Pineda ha tendido puentes con el Gobierno de México, trabajando codo a codo con la presidenta Claudia Sheinbaum y su gabinete de seguridad, así como con el secretario Omar García Harfuch, en un esfuerzo conjunto para devolverle la paz a Guerrero. Las reuniones constantes, el seguimiento puntual, la comunicación fluida, son la base de una estrategia que está dando frutos.

Acapulco no es un caso aislado. A nivel nacional, la estrategia de seguridad está impactando positivamente. Más de mil detenciones por delitos de alto impacto en las últimas dos semanas son una muestra de la contundencia de las acciones emprendidas. Las cifras acumuladas desde 2018 son aún más impresionantes: miles de detenidos, miles de armas de fuego aseguradas, toneladas de drogas decomisadas y laboratorios de droga inhabilitados. Estos números representan vidas salvadas, familias protegidas y comunidades reconstruidas.

La lucha contra la extorsión es otra de las prioridades. El número 089 se ha convertido en una herramienta vital para la ciudadanía. Miles de llamadas recibidas, y un alto porcentaje de casos en los que la extorsión no se consumó gracias a la rápida intervención de las autoridades, demuestran la eficacia de este sistema y la confianza que la población está depositando en él. Las detenciones realizadas en diversos estados, incluyendo Guerrero, son una advertencia para quienes se dedican a este delito: la justicia está cerca.

El camino hacia la paz y la seguridad no es fácil, requiere de constancia, compromiso y la participación de todos. Los resultados que hoy vemos en Acapulco y en el resto del país son alentadores, pero la lucha continúa. Es un trabajo de todos los días, un esfuerzo conjunto para construir un futuro más seguro para las próximas generaciones.