
27 de agosto de 2025 a las 04:20
Delgado: Bachillerato, cambio educativo histórico.
Un cambio de paradigma se gesta en la educación mexicana. El nuevo Bachillerato Nacional, presentado con bombo y platillo por el secretario de Educación Pública, Mario Delgado Carrillo, promete ser la transformación más radical en la educación media superior de los últimos cincuenta años. No se trata de una simple reforma cosmética, sino de una reestructuración profunda que busca unificar los 32 subsistemas existentes, poniendo fin a la fragmentación que, según Delgado Carrillo, ha generado desigualdad y exclusión durante décadas.
La visión del secretario es clara: la educación es un derecho fundamental, no un privilegio ni una mercancía sujeta a las leyes del mercado. Esta declaración, pronunciada en el histórico Anfiteatro Simón Bolívar, resonó con fuerza ante la presencia de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y de una audiencia expectante. Delgado Carrillo aprovechó la ocasión para criticar el modelo neoliberal que, en su opinión, convirtió la educación en un campo de batalla donde solo los más privilegiados podían triunfar. El examen de la COMIPEMS, señalado como un filtro de exclusión que dejaba a miles de jóvenes a la deriva, se convierte en el símbolo de un sistema que el nuevo Bachillerato Nacional pretende desmantelar.
Con la iniciativa "Mi derecho, mi lugar", impulsada por la Presidenta, más de 272 mil estudiantes han asegurado su acceso al bachillerato, eliminando las barreras geográficas y de género que históricamente han afectado a las mujeres y a los jóvenes de familias trabajadoras. Este logro, según el secretario, es un paso fundamental hacia la justicia educativa y la construcción de una sociedad más igualitaria.
El nuevo Bachillerato Nacional se presenta como la llave para formar ciudadanos críticos, con sólidas habilidades socioemocionales y un profundo sentido humanista. La renovación de los programas de estudio, con la incorporación de asignaturas como pensamiento matemático, cultura digital, filosofía y comunicación, refleja esta ambiciosa visión. Además, la inclusión de habilidades para la vida busca preparar a los jóvenes para los desafíos del siglo XXI, fomentando la creatividad, la solidaridad y el pensamiento crítico.
Un aspecto crucial del nuevo modelo es la doble certificación: bachillerato general y formación técnica profesional, avalada por instituciones de renombre como la UNAM, el IPN, la UAM, el Tecnológico Nacional de México y la Universidad Rosario Castellanos. Esta doble titulación, según Delgado Carrillo, ampliará las oportunidades de los estudiantes, tanto para continuar sus estudios universitarios como para incorporarse al mercado laboral con una formación especializada.
La apuesta por las carreras del futuro es otro elemento destacado. Electromovilidad, inteligencia artificial, nanotecnología, semiconductores y urbanismo sostenible son algunas de las áreas estratégicas que se incorporan al plan de estudios, en sintonía con las vocaciones regionales del país y los polos de bienestar del Plan México. El objetivo es claro: garantizar que la juventud tenga acceso a empleos de calidad en sectores de vanguardia.
En definitiva, el Bachillerato Nacional se presenta como la piedra angular del humanismo mexicano que impulsa la Presidenta Sheinbaum Pardo. La meta es ambiciosa: formar la mejor generación de jóvenes en la historia de México, jóvenes capaces de transformar el país con justicia, conocimiento y esperanza. La educación, en palabras de Delgado Carrillo, es la semilla más fértil de transformación social, la memoria del pasado y la promesa de un futuro mejor. El tiempo dirá si este ambicioso proyecto logra cumplir sus promesas y sentar las bases de una nueva era en la educación mexicana.
Fuente: El Heraldo de México