La obra de Carmen Parra, un crisol de la identidad mexicana, se despliega en el Palacio Legislativo de San Lázaro, no como una simple exposición, sino como un diálogo vibrante entre el pasado y el presente. Imaginen los muros históricos, testigos de debates y decisiones cruciales, ahora cubiertos con la explosión de color y la profunda simbología de la artista. No es casualidad que la muestra se titule "Carmen Patria, Carmen Parra, Suave Patria", un título que resuena con la fuerza de un manifiesto, un eco del poema de López Velarde que Ofelia Medina, con su voz inconfundible, declamó en la inauguración.

Más allá de la belleza estética, la obra de Parra es una inmersión en la esencia misma de México. Sus ángeles y arcángeles, reinterpretando la iconografía novohispana, conviven con las mariposas monarca y las águilas reales, símbolos poderosos de una nación que se reinventa constantemente. Cada pincelada, cada textura, nos habla de una artista que ha dedicado seis décadas a explorar el patrimonio tangible e intangible de su país, una labor que va más allá del lienzo y se convierte en un acto de amor y resistencia cultural.

La presencia de figuras como la diputada Dolores Padierna, la diputada Margarita Zavala, la actriz Ofelia Medina y el artista visual Héctor Tajonar, entre otros, subraya la importancia de este homenaje. No se trata solo de celebrar los 80 años de vida de Carmen Parra, sino de reconocer su trayectoria como una figura fundamental en el panorama artístico mexicano. Sus raíces, profundamente arraigadas en la tierra de este país, como ella misma lo describe, se ramifican en una obra multidisciplinaria que abarca la pintura, el teatro y la antropología social.

La exposición "Carmen Patria, Carmen Parra, Suave Patria" no es un evento efímero, sino una invitación a reflexionar sobre nuestra identidad. Las 44 obras que la componen, desde 1993 hasta la actualidad, trazan un recorrido por la evolución artística de Parra, un viaje que nos lleva desde los altares barrocos hasta las vibrantes alas de las mariposas monarca. Es un recordatorio de la riqueza cultural que nos rodea y de la importancia de preservarla para las futuras generaciones. La propia Carmen Parra, con la generosidad que la caracteriza, expresa su deseo de seguir nutriéndose de la inspiración que le brinda México, para devolverle, a través de su arte, la magia que ha recibido. Una promesa que, sin duda, cumplirá con creces.