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27 de agosto de 2025 a las 04:45
Abuela secuestra a su nieto en Jalisco
La tranquilidad de una tarde dominical en la colonia Valentín Gómez Farías de Guadalajara se vio abruptamente interrumpida. Un inocente juego, una promesa quizás, y un niño de la mano de su abuela. Una imagen familiar, cotidiana, que se transformaría en una pesadilla para sus padres. Josefina “N”, la abuela, se llevó al pequeño con la promesa de un corte de pelo. Una promesa que se convirtió en la antesala de una angustiante desaparición. ¿Qué llevó a una abuela a sustraer a su propio nieto? ¿Qué secretos se esconden tras la fachada de esta historia familiar?
Las horas se convirtieron en días, la incertidumbre carcomía a los padres del menor. La denuncia interpuesta ante la Fiscalía General del Estado de Jalisco activó todos los protocolos de búsqueda. La maquinaria judicial se puso en marcha, la imagen del niño y de su abuela circulando por todas las comisarías, un llamado a la colaboración ciudadana, la esperanza como un hilo tenue en medio de la desesperación. Ixtlahuacán del Río, un municipio a más de cien kilómetros de Guadalajara, se convirtió en el escenario del reencuentro. Dos días después de la desaparición, el niño y su abuela fueron localizados. Sanos y salvos, físicamente al menos. Pero las heridas emocionales, las preguntas sin respuesta, aún latentes.
La detención de Josefina “N” abre un nuevo capítulo en esta intrigante historia. La Fiscalía, con la precisión de un cirujano, desgrana los hechos, la legalidad de la detención, la imputación, la defensa solicitando la duplicidad del plazo constitucional. Un lenguaje jurídico que contrasta con el drama humano que se esconde detrás. 144 horas. Un plazo que parece una eternidad para una familia que busca respuestas. ¿Qué motivó a Josefina “N”? ¿Problemas familiares no resueltos? ¿Un acto desesperado impulsado por circunstancias desconocidas? ¿Un desequilibrio emocional? Las especulaciones se multiplican, las redes sociales arden en un hervidero de comentarios, la opinión pública dividida entre la condena y la búsqueda de una explicación.
Mientras tanto, Josefina “N” permanece en prisión. Un escenario frío y desolador que contrasta con la imagen de la abuela cariñosa que llevaba de la mano a su nieto. La justicia seguirá su curso, las investigaciones continuarán, buscando desentrañar la verdad que se esconde tras este acto inexplicable. Un recordatorio de que, a veces, las historias más extrañas se esconden tras las puertas de lo que creemos familiar y seguro. La espera se hace larga, la angustia persiste, y la pregunta sigue resonando: ¿qué llevó a una abuela a sustraer a su propio nieto? El 29 de agosto, fecha de la próxima audiencia, se acerca inexorablemente. Un día que podría arrojar luz sobre este oscuro episodio y, quizás, comenzar a sanar las heridas de una familia rota.
Fuente: El Heraldo de México