
27 de agosto de 2025 a las 01:40
Sheinbaum: DEA compara a García Luna con narcos.
La sombra de la corrupción se cierne pesada sobre la historia reciente de México, y las recientes declaraciones del director de la DEA la hacen aún más oscura. Imaginen la escena: el máximo responsable de la lucha antidrogas en Estados Unidos, frente a un micrófono, declarando que han "derribado" a tres grandes narcotraficantes. Dos nombres, tristemente célebres, resuenan en la memoria colectiva: Joaquín "El Chapo" Guzmán, el líder del Cártel de Sinaloa, y otro líder criminal abatido recientemente. Pero el tercer nombre, el que realmente estremece los cimientos del poder, es el de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública.
La DEA, la agencia encargada de combatir el narcotráfico a nivel internacional, coloca a García Luna en el mismo nivel que dos de los capos más poderosos y sanguinarios de la historia. No se trata de una simple acusación, sino de una afirmación contundente que proviene de la máxima autoridad en la materia. ¿Qué implicaciones tiene esta declaración para México? ¿Cómo es posible que quien juró proteger a la nación, haya estado del lado de aquellos que la sumían en la violencia y el terror?
Las palabras del director de la DEA no son una simple anécdota, sino un llamado a la reflexión profunda sobre el estado de las instituciones mexicanas durante el periodo en que García Luna estuvo al frente de la seguridad. Imaginen la magnitud del engaño, la traición a la confianza ciudadana, la perversión del sistema desde adentro. Mientras se presentaba como el bastión contra el crimen organizado, presuntamente operaba en las sombras, tejiendo una red de complicidades que le permitía a los cárteles operar con impunidad.
La comparación con "El Chapo" Guzmán resulta escalofriante. Guzmán, un personaje salido de una película de terror, construyó un imperio criminal basado en la violencia, la intimidación y la corrupción. García Luna, desde su posición de poder, supuestamente le brindó la protección necesaria para expandir su imperio de terror. ¿Cuántos crímenes se cometieron bajo la sombra protectora de esta supuesta complicidad? ¿Cuántas vidas se perdieron mientras el encargado de la seguridad se enriquecía a costa del sufrimiento ajeno?
Este no es un tema que deba tomarse a la ligera. No se trata de un simple debate político, sino de una herida profunda en el tejido social de México. Es imperativo que se investigue a fondo, que se esclarezcan los hechos y que se castigue a todos los responsables. La justicia debe prevalecer, no solo para las víctimas directas del narcotráfico, sino para toda la sociedad mexicana que ha sido traicionada. La reconstrucción de la confianza en las instituciones comienza por reconocer los errores del pasado y por exigir que nunca más se repitan. El futuro de México depende de ello.
La presidenta Claudia Sheinbaum, al destacar la importancia de estas declaraciones, invita a la sociedad a analizar a profundidad el alcance de la corrupción. No se trata de un simple señalamiento, sino de un llamado a la conciencia colectiva. La historia de México se escribe con la verdad, y la verdad, por dolorosa que sea, debe salir a la luz. El caso García Luna es un capítulo oscuro, pero necesario para comprender los retos que enfrenta el país y para construir un futuro más justo y transparente.
Fuente: El Heraldo de México