La indignación recorre las calles de Atlixco, Puebla, tras un acto de violencia que ha conmocionado a la comunidad. Una mujer de 50 años, cuya identidad aún no ha sido revelada, agredió física y verbalmente a su propia abuela, una anciana de 86 años identificada como Elicaida “N”, originaria de San Martín Tlamapa. El incidente, ocurrido la mañana del 25 de agosto, pinta un cuadro desolador de vulnerabilidad y maltrato. Imaginen la escena: una anciana, apoyándose en su andadera, intentando avanzar con dificultad por la calle, mientras es jalada y golpeada por su propia nieta. Una imagen que nos golpea en el alma y nos obliga a reflexionar sobre la fragilidad de nuestros mayores y la importancia de protegerlos.

La violencia no pasó desapercibida. Ciudadanos y empleados de negocios cercanos, testigos del cruel espectáculo, intervinieron valientemente, increpando a la agresora. Le exigieron respeto y consideración por la anciana, pero la respuesta de la mujer fue aún más indignante: argumentó que nadie más se hacía cargo de la abuelita, justificando así su brutal comportamiento. Una respuesta que revela no solo la violencia física, sino también una profunda insensibilidad y falta de empatía. Incluso ante la intervención de los testigos, la abuelita, en un acto que conmueve por su resignación y posible temor a represalias, pidió que las dejaran ir.

Afortunadamente, la solidaridad ciudadana prevaleció. Los testigos, conscientes de la gravedad de la situación, no permitieron que la agresora se marchara impunemente. Llamaron a la Policía local, quienes acudieron rápidamente al lugar de los hechos. Sin embargo, al percatarse de la presencia policial, la agresora huyó, abandonando a su abuela a su suerte. Un acto de cobardía que agrava aún más su deplorable conducta.

Elicaida “N” fue resguardada por personal del DIF Municipal, quienes la trasladaron a la Casa de la Mujer. Allí, recibe atención médica y psicológica para evaluar su estado de salud y nutrición. La anciana confesó que este no era el primer episodio de maltrato que sufría a manos de su nieta, una revelación que estremece y pone de manifiesto una situación de violencia sistemática que, afortunadamente, ha salido a la luz.

Las autoridades no han informado sobre la detención de la agresora. La comunidad de Atlixco espera con impaciencia que se haga justicia y que Elicaida “N” reciba la protección y el apoyo que necesita. Este caso nos recuerda la importancia de estar alerta ante cualquier signo de maltrato a personas mayores y la necesidad de actuar con prontitud y decisión para proteger a quienes son más vulnerables. No podemos permitir que estas situaciones se repitan. Debemos construir una sociedad donde la vejez sea sinónimo de respeto, dignidad y cuidado, no de abandono y violencia. El futuro de nuestra sociedad depende de cómo tratamos a nuestros mayores.

¿Qué medidas se están tomando para prevenir futuros casos de maltrato a ancianos en Atlixco? ¿Qué tipo de apoyo psicológico y social se le está brindando a Elicaida "N"? ¿Se investigarán a fondo las declaraciones de la anciana sobre episodios previos de violencia? Estas son algunas de las preguntas que la comunidad se plantea y que exigen respuestas. Seguiremos de cerca este caso y les mantendremos informados sobre cualquier novedad.