La magia de Despertares regresa al Auditorio Nacional, y con ella, la promesa de una experiencia que trasciende la simple apreciación de la danza. Isaac Hernández, el alma mater de este proyecto, ha tejido una cuidadosa selección de artistas, no solo buscando la excelencia, sino también la oportunidad de revelar facetas ocultas de su talento. No se trata únicamente de presenciar la maestría de Sae Eun Park en el repertorio clásico al que nos tiene acostumbrados, sino de descubrir su brillantez en la delicada obra de Ashton, "The Rhapsody". Es la posibilidad de ver a Roberto Bolle, una leyenda viviente del ballet, cumplir un sueño al compartir el escenario con ella. Esta visión, la de ofrecer al público una perspectiva nueva, es el motor que impulsa a Hernández a explorar las posibilidades infinitas del movimiento.

Despertares no es un evento estático, sino un organismo vivo que evoluciona con cada edición. Es un espacio donde el crecimiento artístico se palpa, donde se puede ser testigo de la metamorfosis de bailarines como Chey Jurado, quien año tras año se reinventa a sí mismo, buscando nuevas formas de expresión. La colaboración con artistas como Francesco Tristano, en el marco de Despertares, se convierte en un catalizador para esa búsqueda, generando una sinergia que electriza el ambiente. Y es precisamente esa imprevisibilidad, esa posibilidad de presenciar la "mejor función de su vida" en cualquier momento, lo que hace de este espectáculo una experiencia única e irrepetible.

Llevar Despertares al Auditorio Nacional no fue una decisión al azar. Representa la firme convicción de Hernández de romper las barreras que a menudo separan al público del arte. Se busca crear una conexión, una atmósfera similar a la de un concierto, donde la energía fluye libremente entre el escenario y las butacas. Competir con la cartelera del Auditorio Nacional es un reto que Despertares asume con la seguridad de ofrecer algo distinto, algo que resuena en lo más profundo del espectador.

La mirada de Hernández también se dirige hacia el futuro, hacia las nuevas generaciones que, como Ivana Bueno, se abren camino en el exigente mundo de la danza. Despertares no solo es un escaparate para los artistas consagrados, sino también una plataforma para los talentos emergentes, una oportunidad para que el público sea testigo del nacimiento de nuevas estrellas.

Pero la experiencia Despertares va más allá de la función en sí. Las clases magistrales, las conferencias y los espacios de diálogo son una parte integral del proyecto. Es la oportunidad para acercarse a la danza desde otra perspectiva, para comprender el proceso creativo, para cuestionar y para aprender. Es una invitación a formar parte de una conversación enriquecedora, donde el público y los artistas se encuentran en un terreno común, unidos por la pasión por el movimiento y la expresión artística. En definitiva, Despertares es una celebración de la danza en todas sus dimensiones, una experiencia que nos recuerda el poder transformador del arte.