La joven promesa de la danza, Kayla Mak, regresa a México para iluminar el escenario del Auditorio Nacional con su talento excepcional. A sus escasos 22 años, esta neoyorquina, formada en el crisol artístico de la Gran Manzana y pulida en la prestigiosa ABT Studio Company, se ha labrado un nombre en el exigente mundo del ballet internacional. Su segunda presentación en el coloso de Reforma, como parte del aclamado encuentro Despertares, no es solo un regreso, sino una reafirmación de su ascendente carrera. Mak, con una humildad que desarma, confiesa sentir un profundo honor al pisar nuevamente este escenario, un espacio que, según sus palabras, vibra con la energía única del público mexicano, una fuerza que la transforma y nutre en cada presentación.

En esta ocasión, el público tendrá el privilegio de presenciar una pieza única, coreografiada especialmente para ella por Nick Meola. Con la sublime música del Ave María como telón de fondo, Mak se sumergirá en un viaje emocional a través de la danza, una experiencia que promete conmover y cautivar a la audiencia. “Es un vehículo emocional muy poderoso”, afirma la joven bailarina, quien busca conectar con el público desde la honestidad y la expresividad corporal, llevándolos consigo en un recorrido de sentimientos plasmados en movimiento.

Su precoz debut profesional en 2023, bajo la batuta del coreógrafo Juliano Nunes –también presente en Despertares–, marcó el inicio de una trayectoria fulgurante. Desde entonces, Mak ha recorrido escenarios internacionales, forjando un estilo propio que fusiona la precisión técnica con una sensibilidad artística excepcional. Su paso por prestigiosas instituciones, complementado con residencias, talleres y colaboraciones con creadores de renombre, han consolidado su posición en el panorama global de la danza.

Despertares, más que un festival, es un punto de encuentro para los grandes exponentes de la danza clásica y contemporánea. Para Mak, compartir escenario con artistas a quienes admira profundamente es un motor de inspiración que la impulsa a evolucionar constantemente, a explorar nuevas formas de creación y a descubrirse a sí misma en cada movimiento. “La danza no solo exige técnica, también honestidad”, reflexiona la joven artista, quien busca transmitir esa autenticidad en cada presentación.

La conexión con el público mexicano, ese vínculo intangible que trasciende los aplausos, es un elemento fundamental en la experiencia de Kayla Mak en México. “El público aquí no solo aplaude, te acompaña”, comenta con gratitud, reconociendo la importancia de esa conexión en la magia del espectáculo.

Finalmente, la joven bailarina no duda en reconocer la influencia de los hermanos Hernández, Esteban e Isaac, figuras clave en la escena dancística nacional e internacional. Su labor en Despertares, convocando a talentos de diversas disciplinas y estilos, ha abierto un panorama de posibilidades para Mak, demostrándole que el aprendizaje es un camino continuo y que siempre hay algo nuevo que descubrir en el vasto universo de la danza. "Sin importar el estilo o la formación, ¡siempre hay algo nuevo que puedo aprender!", concluye con la pasión y la humildad que la caracterizan, dejando entrever un futuro brillante en el que la danza y su talento seguirán iluminando los escenarios del mundo.