La alegría de un segundo cumpleaños se transformó en una tragedia indescriptible en Ciudad Juárez, Chihuahua. Un descuido fatal, una piscina desatendida y la ausencia de medidas de seguridad adecuadas se conjugaron para arrebatarle la vida al pequeño Diego en el instante menos pensado. Mientras la familia celebraba la vida del infante en el Jardín de Eventos Alexa, ubicado en la colonia Revolución Mexicana, la sombra de la desgracia se cernía sobre ellos. En un abrir y cerrar de ojos, el pequeño Diego desapareció de la vista de sus cuidadores, precipitándose a la piscina del recinto. Los momentos que siguieron fueron de angustia y desesperación. Padres y familiares, con el corazón en un puño, rescataron al niño del agua y corrieron con él en brazos hacia la Cruz Roja más cercana, ubicada en el Eje Vial Juan Gabriel, con la esperanza de que los médicos pudieran obrar un milagro.

Sin embargo, el tiempo transcurrido entre el accidente y la llegada al centro médico fue crucial. A pesar de los esfuerzos del personal sanitario, Diego ya no presentaba signos vitales. La noticia golpeó como un mazazo a la familia, sumiéndolos en un dolor inconmensurable. La fiesta, llena de risas y colores momentos antes, se convirtió en el escenario de una tragedia que marcará para siempre sus vidas.

Tras el reporte del fallecimiento, las sirenas de las ambulancias y patrullas rompieron el silencio de la tarde. Equipos de emergencia y elementos de la Secretaría de Seguridad Municipal acordonaron el Jardín de Eventos Alexa, asegurando el área para la investigación correspondiente. La Fiscalía General de Justicia del Estado de Chihuahua se presentó en el lugar para realizar el peritaje y determinar las causas exactas del accidente.

Las primeras indagaciones revelaron una dolorosa realidad: el establecimiento operaba sin los permisos necesarios. Esta negligencia, sumada a la falta de atención y medidas de seguridad en torno a la piscina, contribuyó directamente a la tragedia. Como consecuencia, las autoridades procedieron a la clausura inmediata del Jardín de Eventos Alexa.

La Fiscalía del Estado ha abierto una carpeta de investigación para esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades. Se prevén sanciones económicas para el recinto, y la investigación continúa su curso para determinar si existen responsabilidades penales. Hasta el momento, no se han reportado detenciones.

Este lamentable suceso pone de manifiesto la importancia de extremar las precauciones en lugares donde hay niños, especialmente en áreas con piscinas. La supervisión constante de los menores es fundamental para evitar accidentes de este tipo. Asimismo, la responsabilidad de los establecimientos que ofrecen servicios para eventos infantiles es ineludible. Deben cumplir con todas las normativas de seguridad y garantizar un entorno seguro para los pequeños.

La tragedia de Diego es un recordatorio doloroso de que la seguridad no puede ser tomada a la ligera. Es una llamada de atención a la sociedad para que se implementen medidas más estrictas y se promueva una cultura de prevención que proteja la vida de los niños, nuestro tesoro más preciado. La memoria de Diego debe servir como un impulso para que ninguna otra familia tenga que pasar por un dolor tan profundo. Que su partida no sea en vano, sino un llamado a la responsabilidad y a la acción para que tragedias como esta no se repitan.