La tensión en el aire aún se puede palpar. La polémica generada por el enfrentamiento entre Gala Montes y Alana Flores en el Supernova Strikers 2025 continúa resonando en los medios y las redes sociales. Mucho más allá del resultado de la pelea, lo que ha capturado la atención del público es la serie de acontecimientos que la han rodeado, desde las acusaciones cruzadas entre ambas contrincantes hasta el impactante incidente de la navaja. Gala Montes, en una reveladora entrevista con Yordi Rosado, ha decidido romper el silencio y compartir su versión de la historia, ofreciendo un panorama más completo de la presión y las agresiones que ha enfrentado.

Recordemos que el Supernova Strikers 2025, celebrado el pasado fin de semana en el Palacio de los Deportes, reunió a diversas personalidades del internet. Sin embargo, el combate entre Montes y Flores eclipsó al resto, principalmente por la controversia previa que ambas protagonizaron. Los dimes y diretes fuera del ring, sumados a la tensión propia de la competencia, crearon una atmósfera cargada de expectativas y, lamentablemente, también de hostilidad. Gala, en su conversación con Rosado, confesó el temor que experimentó al sentir el peso de la mirada pública y la avalancha de críticas dirigidas a su físico. Para ella, subir al ring representó un desafío que iba más allá del ámbito deportivo, convirtiéndose en una declaración de principios frente a una sociedad obsesionada con la imagen corporal.

El momento más escalofriante del relato de la actriz llegó al describir el incidente de la navaja. Mientras se retiraba del ring, tras su derrota frente a Alana Flores, un objeto cayó a sus pies. Inicialmente, la confusión reinó entre su equipo, hasta que se percataron de la aterradora realidad: se trataba de una navaja abierta. La conmoción fue inmediata. Gala, visiblemente afectada, expresó su incredulidad ante tal acto de violencia. "No le he hecho daño a nadie", afirmó, recalcando la desproporción entre sus acciones y la agresión sufrida. "El peor crimen que he cometido es comer una pizza en una báscula", añadió con ironía, haciendo referencia a la polémica que se generó alrededor de su peso y la supuesta violación del contrato.

Precisamente, el tema del contrato fue otro de los puntos álgidos abordados por la actriz. Montes aseguró que se le presentó un contrato diferente al inicialmente acordado, en el que se especificaba una cláusula de peso a la que se negó rotundamente a ceder. Este acto de rebeldía, según sus palabras, fue una respuesta a la “cultura pesocentrista” que juzga el valor de una mujer en función de su apariencia física. Comer una pizza sobre la báscula, lejos de ser una falta de respeto al deporte, se convirtió en un símbolo de su lucha contra los estereotipos y la presión social.

A pesar de haberse preparado mentalmente para las críticas, Gala confesó que la intensidad de los ataques la tomó por sorpresa. Los gritos e insultos dirigidos a su físico, provenientes de las gradas, la impactaron profundamente. Su objetivo, al participar en el evento, era transmitir un mensaje de empoderamiento a sus seguidores, demostrando que el valor de una persona no se define por su apariencia. Sin embargo, la agresividad del público, culminando con el incidente de la navaja, evidencia la persistencia de una cultura que juzga y condena con violencia. La historia de Gala Montes nos invita a reflexionar sobre la importancia del respeto y la tolerancia, especialmente en un entorno tan expuesto como el de las redes sociales y los eventos públicos. Su valentía al denunciar estos hechos abre un espacio para el diálogo y la construcción de una sociedad más inclusiva y menos agresiva.