
24 de agosto de 2025 a las 04:10
Huapango bajo ataque: ¿Música o ruido?
La globalización nos ha conectado como nunca antes, pero también ha puesto de manifiesto la importancia de la sensibilidad cultural. El reciente incidente protagonizado por Natalia Popova, la influencer rusa conocida en TikTok como "natalia.rusa.mx", ha desatado una oleada de críticas y reflexiones en torno a la apreciación del arte y la cultura en un mundo cada vez más interconectado. Su comentario despectivo sobre el huapango, calificándolo de "ruido", no solo ha ofendido a muchos mexicanos, sino que ha abierto un debate sobre el respeto a las tradiciones y la diversidad cultural.
El video, grabado en un restaurante de la Ciudad de México, muestra a un músico interpretando un huapango, un género musical profundamente arraigado en la cultura mexicana, especialmente en la región de la Huasteca. La reacción de Popova, plasmada en la leyenda de su video: "Explíquenme por qué los músicos en CDMX consideran que esto es arte y esperan un pago por este ruido", ha sido considerada por muchos como una muestra de ignorancia y falta de respeto hacia una tradición musical con siglos de historia.
El huapango, lejos de ser un simple "ruido", es una expresión artística compleja y vibrante, con una rica historia que se remonta a la época prehispánica. Su ritmo característico, interpretado con instrumentos como el violín, la jarana huasteca y la guitarra quinta huapanguera, es un símbolo de identidad para las comunidades de la Huasteca y un tesoro cultural para todo México. La música, como cualquier forma de arte, es subjetiva, pero la crítica de Popova trasciende la simple preferencia musical y se adentra en un terreno de desprecio hacia una tradición ajena.
La indignación generada por el video de Popova ha resonado en redes sociales como Twitter y Facebook, donde usuarios han compartido sus experiencias personales con el huapango, relatando cómo esta música evoca recuerdos, conecta con sus raíces y les llena de orgullo. Historias como la del usuario que comentaba: "Crecí escuchando huapango porque mi familia viene de un pueblo donde es la música típica, ahora que vivo en la CDMX se me salen las lagrimitas y me transporto al pasado cuando alguien lo toca en la calle", contrastan con la visión reduccionista de la influencer rusa y demuestran el profundo significado emocional y cultural que el huapango tiene para muchos mexicanos.
Este incidente nos invita a reflexionar sobre la importancia de la educación y la apertura mental en un mundo globalizado. Si bien es cierto que la apreciación del arte es subjetiva, es fundamental acercarse a las manifestaciones culturales de otros pueblos con respeto y curiosidad, evitando juicios despectivos que puedan herir la sensibilidad de quienes las valoran. La diversidad cultural es una riqueza que debemos proteger y celebrar, y el aprendizaje intercultural es un camino esencial para construir un mundo más tolerante y comprensivo. El caso de Natalia Popova nos recuerda que las redes sociales, si bien son una poderosa herramienta de comunicación, también pueden ser un amplificador de prejuicios y desinformación. Es responsabilidad de todos utilizarlas con responsabilidad y promover el diálogo intercultural en lugar de la intolerancia.
Fuente: El Heraldo de México