
23 de agosto de 2025 a las 16:55
Sismo 5.9 sacude Chiapas
La tierra tembló en la quietud de la madrugada. Un sismo de magnitud 5.9, con la fuerza suficiente para despertar a los habitantes de Chiapas, sacudió la región a las 3:14 am del sábado 23 de agosto. A pesar de la intensidad del movimiento telúrico, la lejanía de su epicentro, situado a 252 km al sureste de Ciudad Hidalgo, Chiapas, y a tan solo 10 km de profundidad, impidió que las alarmas sísmicas se activaran, dejando a muchos sorprendidos por el repentino despertar.
El Servicio Sismológico Nacional (SSN) registró con precisión las coordenadas del evento: 13.34° latitud norte y -90.26° longitud oeste. Mientras tanto, la Secretaría de Prensa de la Presidencia de El Salvador ubicó el epicentro a 80 kilómetros al suroeste de Barra de Santiago, en el departamento de Ahuachapán, confirmando la naturaleza transfronteriza del fenómeno.
Afortunadamente, el sismo no dejó cicatrices visibles en la infraestructura de la región. Ni Chiapas ni El Salvador reportaron daños materiales ni pérdidas humanas. La calma posterior al temblor permitió respirar aliviados, y la ausencia de una alerta de tsunami contribuyó a la tranquilidad general. En El Salvador, los bomberos, siempre vigilantes, activaron un protocolo de monitoreo preventivo en diversas ciudades, utilizando su cuenta de X (antes Twitter) para informar a la población y recordar el número de emergencias 913. Esta rápida respuesta y la comunicación efectiva con la ciudadanía son un ejemplo de la preparación ante este tipo de eventos.
Guatemala, también en la zona de influencia del sismo, se sumó al reporte de "sin novedad". Las autoridades guatemaltecas confirmaron la ausencia de daños y víctimas. Minutos después del sismo principal, un segundo temblor, de menor intensidad (magnitud 4), se registró en Jutiapa, sin generar mayores consecuencias. Este segundo evento, aunque menor, subraya la actividad sísmica de la región y la importancia de estar preparados.
El SSN nos recuerda que un sismo es una ruptura violenta en el interior de la Tierra. La energía acumulada se libera repentinamente, propagándose en forma de ondas sísmicas. Estas ondas, al alcanzar la superficie, son las responsables del movimiento que percibimos. Entender la naturaleza de estos fenómenos es el primer paso para estar preparados.
Protección Civil, siempre al frente de la seguridad ciudadana, emite recomendaciones cruciales para actuar ante un sismo. Mantener la calma es primordial. Buscar un lugar seguro, alejado de ventanas y objetos que puedan caer, es fundamental. Agacharse, cubrirse y sostenerse bajo una mesa resistente o contra una pared sólida son acciones que pueden salvar vidas. Después del sismo, es importante revisar las condiciones de la vivienda y estar atentos a las réplicas, que pueden ocurrir en las horas o días posteriores.
La experiencia de este sismo, aunque afortunadamente sin consecuencias graves, nos recuerda la importancia de la prevención y la preparación. Informarse, conocer las recomendaciones de Protección Civil y participar en simulacros son acciones que nos empoderan y nos ayudan a protegernos a nosotros mismos y a nuestros seres queridos. La tierra seguirá temblando, pero con conocimiento y preparación, podemos enfrentar estos eventos con mayor seguridad y tranquilidad.
Fuente: El Heraldo de México