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23 de agosto de 2025 a las 03:40

¡Minas ilegales clausuradas en CDMX!

La Sierra de Santa Catarina, un pulmón verde en el oriente de la Ciudad de México, ha sido víctima silenciosa de la explotación ilegal durante años. Imaginen la escena: la tierra, antes cubierta por una vibrante vegetación, ahora herida por profundas excavaciones. El ruido constante de la maquinaria, el polvo que se eleva en el aire, un constante recordatorio de la agresión a este ecosistema vital. 17 minas ilegales, operando a la sombra de la ley, han sido finalmente clausuradas en un operativo conjunto entre la Secretaría del Medio Ambiente y la Secretaría de Seguridad Ciudadana. No se trata solo de números, sino de la recuperación de un espacio vital para la ciudad, un triunfo en la lucha contra la degradación ambiental.

Este operativo, que culminó con la reposición de siete sellos de clausura y la colocación de diez nuevos, envía un mensaje claro: la impunidad no tiene cabida en la protección de nuestro entorno. La extracción ilegal de materiales pétreos, como tezontle, basalto y arena, deja cicatrices profundas en el paisaje y en el equilibrio ecológico de la Sierra de Santa Catarina. No solo desgarra la cubierta vegetal, dejando el suelo expuesto a la erosión, sino que también desestabiliza las laderas, aumentando el riesgo de deslaves, especialmente durante la temporada de lluvias.

Más allá del impacto visual, la extracción ilegal tiene consecuencias devastadoras para la infiltración natural del agua, afectando los mantos freáticos que abastecen a la ciudad. El polvo generado por estas actividades no solo afecta la calidad del aire que respiramos, sino que también impacta la salud de quienes viven en las cercanías. El ruido constante y las vibraciones producidas por la maquinaria perturban la tranquilidad de la zona y afectan la fauna local. Especies en riesgo, como el halcón peregrino, el clarín jilguero y el murciélago hocicudo, ven su hábitat fragmentado y amenazado.

La Sierra de Santa Catarina, con sus 2,166 hectáreas, forma parte del Eje Neovolcánico Transversal, una joya natural que alberga una rica biodiversidad. Es un espacio crucial para la regulación del clima, la captura de carbono y la recarga de los acuíferos que abastecen de agua a la ciudad. Su protección es, por lo tanto, una prioridad para garantizar la calidad de vida de más de 10 millones de habitantes de la capital.

Recordemos que el suelo de conservación representa el 59% del territorio de la Ciudad de México, más de 88,400 hectáreas que nos brindan servicios ambientales invaluable. Estas áreas verdes no solo nos proveen de hasta el 70% del agua potable que consumimos, sino que también actúan como un filtro natural para el aire, regulando la temperatura y mitigando los efectos del cambio climático. Proteger estos espacios es proteger nuestro futuro. La clausura de estas minas ilegales es un paso importante, pero la lucha continúa. Es necesario fortalecer la vigilancia, implementar programas de restauración ecológica y concientizar a la población sobre la importancia de preservar la Sierra de Santa Catarina y todos los espacios verdes de la ciudad. El futuro de nuestro entorno depende de ello.

Fuente: El Heraldo de México