Prepárense, capitalinos y mexiquenses, porque el respiro que nos dio la lluvia ayer será efímero. Si bien el diluvio del viernes fue intenso, la tregua solo nos prepara para un nuevo episodio de precipitaciones fuertes este sábado 23 de agosto. Aunque el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) pronostica una intensidad menor a la del día anterior, no debemos bajar la guardia. Recordemos las impactantes imágenes de Tlalnepantla el jueves y la zona sur, particularmente la carretera Picacho-Ajusco, aún con afectaciones por las inundaciones de ayer. La naturaleza nos recuerda su poder y la importancia de estar preparados.

A pesar de que la mañana del sábado amanecerá fresca, un legado del diluvio del viernes, y que el sol intentará asomarse al mediodía, no se dejen engañar. La calma precede a la tormenta, literalmente. Se espera que a partir de las 17:00 horas las nubes descarguen su furia sobre el Valle de México, con tormentas eléctricas e incluso posible caída de granizo. Imaginen el contraste: un cielo despejado transformándose en un espectáculo de truenos y relámpagos en cuestión de horas.

Las autoridades, conscientes de la situación, se mantienen alerta. Si bien hoy la intensidad pluvial se prevé menor a los 75 milímetros por hora registrados ayer, los 25 a 50 milímetros pronosticados por el SMN no son para menospreciar. La experiencia de los últimos días nos ha demostrado la capacidad de estas lluvias para generar caos en la movilidad y afectar zonas vulnerables.

En la Ciudad de México, la temperatura oscilará entre los 13 y 24 grados Celsius, una danza térmica entre la frescura matutina y el calor previo a la tormenta. En Toluca, la capital mexiquense, el termómetro marcará entre 10 y 20 grados, un recordatorio de que las zonas altas del Estado de México experimentan un clima más frío.

Ante este panorama, la recomendación es clara: extremen precauciones. Revisen las coladeras cercanas a sus hogares, eviten zonas propensas a inundaciones y, sobre todo, manténganse informados a través de los canales oficiales. Este diluvio de cuatro días aún no termina y la preparación es nuestra mejor aliada. No subestimemos la fuerza del agua y tomemos las medidas necesarias para protegernos a nosotros mismos y a nuestros seres queridos. La solidaridad y la prevención son fundamentales en momentos como estos. Juntos podemos superar este desafío.