Acapulco renace de las cenizas, revitalizado por la unión inquebrantable entre su gente y el Gobierno de México. La inauguración del MarinaBús no es solo la puesta en marcha de un nuevo sistema de transporte, sino un símbolo palpable de la transformación que se teje con esfuerzo y esperanza en este icónico puerto. Menos de un año ha bastado para demostrar que la adversidad, incluso en la forma de huracanes devastadores, no puede doblegar la voluntad de un pueblo que, de la mano de un gobierno comprometido, se levanta con más fuerza que nunca. El Programa Acapulco se Transforma Contigo, más que un nombre, es un testimonio de la reconstrucción, una promesa cumplida que resuena como un eco de optimismo en todo el país.

Este MarinaBús, bajo la experta tutela de la Secretaría de Marina, no es solo una embarcación, es un vehículo hacia el futuro. Imaginen surcar las aguas de la bahía de Acapulco con la rapidez y seguridad que brinda esta moderna maravilla de la ingeniería naval. Un catamarán de 25 metros de largo, 7 de ancho, capaz de transportar a 90 pasajeros a una velocidad de 17 kilómetros por hora, no solo agilizará los traslados diarios de miles de acapulqueños, sino que también insuflará nueva vida al turismo, motor indiscutible de la economía local. La Secretaría de Marina, guardiana incansable de nuestros mares, demuestra una vez más su compromiso con el bienestar del pueblo mexicano, no solo protegiendo nuestras costas, sino también contribuyendo al desarrollo y progreso de comunidades como Acapulco.

Detrás de la imponente figura del MarinaBús se esconde una historia de trabajo y dedicación. Construido en el Astillero de Marina de Acapulco, un bastión de la industria naval desde 1946, este buque, el número 65 en su haber, representa la culminación de un proceso meticuloso. Diez bloques de acero, cada uno de 10 toneladas, ensamblados con precisión para dar forma a esta maravilla flotante, un testimonio del talento y la experiencia de los hombres y mujeres que dedican su vida a la construcción naval. Imaginen el trabajo minucioso en cada detalle, la instalación de los sistemas interiores, la prueba de cada componente, todo para garantizar la seguridad y comodidad de los pasajeros.

La visión de futuro que encarna el MarinaBús va más allá del transporte. Es una apuesta por la sustentabilidad, por un desarrollo que respeta el entorno y protege el ecosistema marino. Es una invitación a redescubrir la belleza de la bahía de Acapulco desde una perspectiva diferente, a disfrutar de la brisa marina mientras nos desplazamos de manera eficiente y responsable. Es, en definitiva, una muestra más de que Acapulco está vivo, vibrante y lleno de promesas, un destino que resurge con la fuerza de su gente y el apoyo incondicional de un gobierno que cree en su potencial.

El MarinaBús no es solo un medio de transporte, es un símbolo de la transformación que vive Acapulco, un faro de esperanza que ilumina el camino hacia un futuro próspero y sostenible. Es una invitación a todos a ser parte de esta nueva era, a subir a bordo y navegar juntos hacia un horizonte lleno de posibilidades.