
22 de agosto de 2025 a las 22:40
Tragedia en Xochimilco: Abuela y nieta asesinadas
La tranquilidad de la madrugada xochimilca se vio brutalmente interrumpida. Un viernes que prometía el sosiego del fin de semana se transformó en escenario de una tragedia que ha conmocionado a la comunidad. Dos vidas, unidas por el lazo familiar, fueron apagadas en un instante. Una abuela de 51 años y su nieta de tan solo 10, se convirtieron en víctimas de la violencia que, como una sombra oscura, acecha en las calles de nuestra ciudad.
El silencio de la noche fue roto por el estallido de las balas. Dentro de un vehículo rojo, en el cruce de Avenida 16 de Septiembre y Niños Héroes, en la colonia Santa María Tepepan, la vida de estas dos mujeres se truncó de manera abrupta e inexplicable. La escena, iluminada por las luces rojas y azules de las patrullas, se convirtió en un sombrío recordatorio de la fragilidad de la existencia.
Según el reporte oficial de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), los oficiales fueron alertados por los operadores del Centro de Comando y Control (C2) Oriente sobre una persona lesionada en la dirección mencionada. Al llegar al lugar, se encontraron con la desgarradora imagen de las dos víctimas en el asiento trasero del automóvil, sin vida.
La reconstrucción de los hechos, a través de las primeras investigaciones y el testimonio del conductor –hijo y tío de las fallecidas–, apunta a un ataque directo. El hombre, quien había descendido del vehículo momentáneamente, observó con horror cómo dos individuos a bordo de una motocicleta abrían fuego contra sus familiares. El impacto fue fulminante.
El conductor, ileso físicamente pero destrozado emocionalmente, quedó en estado de shock. Ante la magnitud de la tragedia, fue trasladado a un hospital para recibir atención psicológica. Imaginemos por un instante el torbellino de emociones que debe estar experimentando: la impotencia de no haber podido proteger a sus seres queridos, el dolor de la pérdida repentina, el trauma de presenciar un acto tan violento.
La noticia ha corrido como la pólvora por la alcaldía Xochimilco, dejando a su paso una estela de consternación e indignación. Vecinos y conocidos de las víctimas se preguntan cómo es posible que sucesos de esta naturaleza sigan ocurriendo. La exigencia de justicia resuena con fuerza en la comunidad, que clama por el pronto esclarecimiento de los hechos y la captura de los responsables.
Las autoridades, por su parte, han iniciado las investigaciones correspondientes. La SSC acordonó la zona y los peritos realizaron las diligencias necesarias para recabar evidencias. La búsqueda de los agresores se ha intensificado, con la esperanza de que la justicia prevalezca y este acto de barbarie no quede impune.
Trasciende, de manera extraoficial, que Susana N., la abuela de 51 años, había regresado a Xochimilco hace apenas un mes, después de una estancia en Morelos. Este dato, aunque preliminar, abre nuevas líneas de investigación que podrían arrojar luz sobre el móvil del crimen. ¿Existía alguna amenaza previa? ¿Se trató de un caso de identidad equivocada? Las preguntas se acumulan, a la espera de respuestas que puedan brindar un poco de consuelo a una familia destrozada y a una comunidad que exige justicia.
Mientras tanto, la ciudad llora la pérdida de dos vidas inocentes, víctimas de una violencia que parece no tener fin. La tragedia de Xochimilco nos recuerda, una vez más, la urgente necesidad de reforzar la seguridad y trabajar por la construcción de una sociedad más pacífica y justa, donde la vida sea el valor supremo.
Fuente: El Heraldo de México