
22 de agosto de 2025 a las 05:35
Salgado con los bomberos guerrerenses
La valentía corre por sus venas, un torrente de coraje que no se detiene ante las llamas, el humo o la destrucción. Son los bomberos y bomberas de Guerrero, hombres y mujeres forjados en la adversidad, que día a día arriesgan sus vidas para proteger las nuestras. No buscan reconocimiento, ni aplausos, solo la satisfacción del deber cumplido, la certeza de haber extendido una mano amiga en el momento más crítico. Y es precisamente ese desinterés, esa vocación de servicio inquebrantable, lo que la Gobernadora Evelyn Salgado Pineda ha querido reconocer y celebrar en el reciente Día del Bombero. Más allá de las palabras de gratitud, más allá de los reconocimientos y menciones honoríficas entregadas, se percibe un compromiso genuino de fortalecer su labor, de dotarlos con las herramientas necesarias para que puedan seguir desempeñando su heroica tarea con la mayor seguridad y eficiencia.
No se trata solo de apagar incendios forestales, aunque la reciente temporada de sequía ha puesto a prueba su resistencia y pericia como nunca antes. Recordemos la furia de los huracanes Otis, John y Erick, momentos de angustia y desesperación donde la intervención oportuna de estos hombres y mujeres evitó una tragedia mayor. Imágenes imborrables quedan grabadas en la memoria colectiva: bomberos rescatando personas atrapadas entre los escombros, evacuando familias en zonas de riesgo, brindando auxilio a los más vulnerables. Su presencia, en medio del caos, se convierte en un símbolo de esperanza, un faro que guía hacia la seguridad.
El trabajo honesto siempre es digno de admiración, pero la labor de un bombero trasciende lo meramente profesional. Es una entrega total, un amor al prójimo que no conoce límites, una vocación heroica que se manifiesta en cada acción, en cada gesto. No es casualidad que la Gobernadora haya destacado la importancia de su trabajo, reconociendo que su integridad física, a menudo, queda en segundo plano frente a la necesidad de salvar una vida. Y es que, en el corazón de cada bombero, arde una llama inextinguible: la llama del servicio, del sacrificio, del amor incondicional por su comunidad.
La promesa de la Gobernadora de seguir respaldando a este cuerpo de emergencia no es una simple formalidad. Se traduce en recursos, en equipamiento, en capacitación constante, en el reconocimiento público de su invaluable aportación a la sociedad guerrerense. Porque detrás de cada uniforme, detrás de cada casco, hay una persona que merece nuestro respeto y admiración. Hay una historia de valentía, de sacrificio, de entrega incondicional. Hay un héroe o una heroína que, sin esperar nada a cambio, está dispuesto a darlo todo por nosotros. Y eso, sin duda, merece nuestro más profundo agradecimiento. El futuro de la protección civil en Guerrero se construye con el coraje y la dedicación de estos hombres y mujeres. Sigamos apoyándolos, sigamos reconociendo su labor, porque en sus manos, en su valentía, reside la seguridad y la tranquilidad de todos.
Fuente: El Heraldo de México