La indignación recorre las calles de Salamanca, Guanajuato, como un eco sordo y persistente. La tragedia del pasado sábado 16 de agosto, donde Don Luis Flores, un taquero querido por la comunidad, perdió la vida tras ser brutalmente atropellado, ha dejado una herida abierta en el corazón de la ciudad. El video del accidente, que circula en redes sociales, es un testimonio mudo de la violencia del impacto. Se ve a Don Luis, a bordo de su triciclo, dirigiéndose a su punto de venta habitual, con la ilusión de un día de trabajo más. De pronto, la tranquilidad se rompe. Una camioneta SUV, a una velocidad desmedida, lo embiste sin piedad frente a una agencia de autos. El choque es devastador. La vida de Don Luis se apaga instantáneamente.

La camioneta, tras el impacto, termina estrellándose contra la fachada de la agencia, dejando una estela de destrucción. El conductor, ileso, desciende del vehículo por su propio pie. La grabación muestra cómo un vigilante de la agencia lo retiene, impidiendo su huida mientras llegan las autoridades. Sin embargo, lo que ha desatado la furia colectiva no es solo la imprudencia del conductor, sino la impunidad que parece rodear el caso. Según testimonios de la familia de Don Luis, el responsable se encontraba en evidente estado de ebriedad al momento del accidente. A pesar de ello, tras unas horas detenido, fue liberado. Se rumorea que su equipo legal pagó una multa, cuya cantidad se desconoce, para que pudiera seguir el proceso en libertad.

Esta decisión ha generado una ola de protestas en redes sociales y en las calles de Salamanca. La ciudadanía exige justicia para Don Luis, un hombre trabajador que perdió la vida por la irresponsabilidad de otro. La aparente facilidad con la que el conductor eludió la cárcel ha sembrado la desconfianza en las instituciones y ha reavivado el debate sobre la impunidad en casos de accidentes viales relacionados con el consumo de alcohol. Se cuestiona la eficacia de las leyes y la severidad de las penas, que parecen insuficientes para disuadir conductas tan peligrosas.

A la indignación se suma el dolor de la familia de Don Luis, quienes han tenido que enfrentar la pérdida de su ser querido en medio de la conmoción y la incertidumbre. Aunque en redes sociales se difundió la versión de que la familia había recibido una compensación económica por parte del responsable, uno de los hijos de Don Luis desmintió categóricamente esta información. Aclaró que los gastos funerarios fueron cubiertos gracias a la solidaridad de amigos, conocidos y miembros de la sociedad civil, que se unieron para apoyar a la familia en este difícil momento.

La Fiscalía General del Estado de Guanajuato aún no ha emitido un comunicado oficial sobre el caso. La ciudadanía espera con ansias una actualización sobre la situación legal del conductor y confía en que se haga justicia. La muerte de Don Luis Flores no puede quedar impune. Es un llamado a la reflexión sobre la responsabilidad al volante y la necesidad de endurecer las leyes para prevenir tragedias como esta. La memoria de Don Luis, el taquero que salía cada día a ganarse la vida honradamente, merece que se esclarezcan los hechos y se castigue al responsable con todo el peso de la ley. La sociedad de Salamanca exige justicia, no solo para Don Luis, sino para todas las víctimas de la imprudencia y la impunidad.