
22 de agosto de 2025 a las 09:25
¿Funcionarán las limpias?
Un cambio de era se avecina en el Palacio de Justicia. El próximo 1 de septiembre no solo marcará la presentación del Primer Informe de Gobierno de la primera Presidenta, sino también el inicio de una nueva etapa para el Poder Judicial, con rituales ancestrales entrelazados con la modernidad política. Desde las primeras horas del día, una limpia purificará la Suprema Corte, preparándola para recibir a los nuevos ministros, cuyos bastones de mando serán bendecidos en la milenaria Cuicuilco, un sitio que vibra con la historia prehispánica. Imaginen la escena: el sol apenas asomándose, la energía de un lugar sagrado, y los símbolos de poder recibiendo la bendición ancestral. Un acto que conecta el pasado con el presente, la tradición con la justicia moderna.
Más tarde, en Palacio Nacional, los togados escucharán el mensaje presidencial, un encuentro que simboliza la colaboración entre los poderes. Pero el momento culminante llegará por la tarde, con la purificación de los ministros y la entrega de los bastones de mando por parte de representantes de pueblos originarios. No se trata solo de un acto simbólico, sino de un compromiso: la vigilancia constante del buen desempeño, a través del diálogo, el respeto y el consenso. Un recordatorio palpable de que la justicia debe estar arraigada en la sabiduría ancestral y la voz de todos los mexicanos. La ceremonia, en el corazón de la capital, estará seguida de un acto cultural indígena cerca del Templo Mayor, un espacio que respira historia y que servirá como escenario para esta transición histórica.
La noche culminará con la toma de protesta en el Senado y la reapertura simbólica de la puerta del Palacio de Justicia, un gesto que busca representar la transparencia y la accesibilidad para el pueblo. Adornada con flores de Xochimilco, obra de manos artesanas, la Corte se vestirá de gala para recibir al nuevo Pleno, encabezado por Hugo Aguilar Ortiz, quien portará con orgullo símbolos mixes en su vestimenta, un reflejo de la riqueza cultural de nuestro país.
Sin embargo, este nuevo comienzo viene acompañado de un cambio significativo en el manejo del poder. A diferencia de sus predecesores, el nuevo ministro presidente no controlará los recursos económicos. La administración de los 5 mil 200 millones de pesos estará a cargo del Órgano de Administración Judicial, integrado por cinco personas, incluyendo a Néstor Vargas, el enviado de Palacio Nacional, quien sin duda estará bajo la lupa pública. Tres miembros más serán elegidos por el Pleno de la SCJN, lo que previsiblemente generará tensiones y negociaciones, y el último será designado por el Senado. Este cambio, que ha pasado casi desapercibido entre los debates sobre la elección de jueces y magistrados, es en realidad la clave del nuevo orden en el Poder Judicial. Aquí reside el verdadero poder, la capacidad de gestionar los recursos y definir las prioridades.
Este 1 de septiembre marca un hito en la historia de México. Un día cargado de simbolismo, de tradición y de cambios profundos en la estructura del Poder Judicial. Un día que nos invita a reflexionar sobre el futuro de la justicia en nuestro país. Y, como bien apunta el autor, esperemos que las limpias funcionen, por el bien de todos.
La noticia de la incorporación de Vidulfo Rosales, abogado de los padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, como asesor del Presidente de la SCJN, añade otro elemento de interés a esta transformación. Rosales, originario de Guerrero, ha asegurado que su compromiso con los pueblos originarios permanece intacto. Su experiencia y su lucha incansable por la justicia aportarán una perspectiva invaluable al nuevo Poder Judicial. Este nombramiento, sin duda, generará debate y expectativa, y será crucial observar cómo influye en las decisiones y acciones de la Corte.
Fuente: El Heraldo de México