
22 de agosto de 2025 a las 09:35
Economía Moral: ¿Resultados Reales?
La transformación de México no se limita a frías cifras económicas, sino que se centra en el palpable cambio en la vida de millones de mexicanos. Durante años, el neoliberalismo imperante sumió a familias enteras en la precariedad, con salarios mínimos insuficientes para cubrir las necesidades básicas y un acceso a la vivienda digno convertido en un sueño inalcanzable. El sistema de salud, debilitado por la corrupción y la falta de inversión, dejó a la población vulnerable ante enfermedades y emergencias, evidenciando la crueldad de un modelo que priorizaba las ganancias sobre el bienestar humano. Imaginen la angustia de familias que, ante la enfermedad de un ser querido, se encontraban con hospitales vacíos, sin médicos ni equipo, producto de una política que veía la salud como una mercancía y no como un derecho fundamental.
Este panorama desolador, donde la pobreza y la desigualdad se agudizaban, comenzó a cambiar con la llegada de un nuevo paradigma: la economía moral. Este enfoque, centrado en el humanismo mexicano, prioriza el bienestar de las personas por encima de las frías cifras macroeconómicas. Ya no se trata de celebrar un crecimiento económico que beneficia a unos pocos, mientras la mayoría se hunde en la precariedad. Ahora, la meta es construir un Estado que proteja a sus ciudadanos, que garantice el acceso a servicios básicos como la salud, la educación y la vivienda, y que redistribuya la riqueza de manera justa.
Los resultados de este cambio de paradigma son innegables. Millones de mexicanos han salido de la pobreza, gracias a un aumento histórico del salario mínimo, a la eliminación del outsourcing y a la implementación de programas sociales que se han convertido en derechos universales. Pensiones para adultos mayores, becas para estudiantes, apoyos para jóvenes emprendedores y campesinos: estas iniciativas no son dádivas, sino un reconocimiento de la dignidad de cada individuo y su derecho a una vida plena. Por primera vez en mucho tiempo, el trabajo ha dejado de ser sinónimo de explotación y se ha convertido en una fuente de bienestar y progreso.
La transformación también se ha extendido al sector salud, uno de los más afectados por las políticas neoliberales. El IMSS-Bienestar, con sus Rutas de la Salud, lleva atención médica a las comunidades más apartadas, mientras que el programa Salud casa por casa acerca la medicina preventiva a las familias. Se trata de un esfuerzo titánico por reconstruir un sistema de salud colapsado por el abandono, con el objetivo de garantizar que la salud sea un derecho accesible para todos, sin importar su condición social o lugar de residencia.
Este cambio no ha sido fácil. Transformar un sistema enquistado en la corrupción y la desigualdad requiere un compromiso firme y una visión a largo plazo. Pero los avances logrados hasta ahora demuestran que es posible gobernar con principios, priorizando el bienestar del pueblo por encima de los intereses particulares. El humanismo mexicano, que pone al centro a las personas, es la prueba de que un país más justo y equitativo es posible. Y este es solo el comienzo de un camino que promete un futuro mejor para todos los mexicanos.
Fuente: El Heraldo de México