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23 de agosto de 2025 a las 01:00
¿Dónde están Jonathan y Julio?
La angustia se apodera de las familias de Julio César Gómez Molina y Jonathan de Jesús Borraz Moguel, dos jóvenes cuyas vidas se han convertido en un misterio desde la madrugada del 15 de agosto. Un silencio desgarrador ha reemplazado la comunicación constante que mantenían con sus seres queridos, dejando un vacío que se agranda con cada minuto que pasa. La última señal de vida, un breve mensaje de WhatsApp cerca de la una de la madrugada, es ahora la única pista en un laberinto de incertidumbre. Jonathan se despidió de su esposa a través de la aplicación, mientras que Julio envió un último mensaje a su hermano. Desde entonces, el silencio. Un silencio que grita desesperación.
Siete días. Siete días de búsqueda incansable, siete días de noches sin dormir, siete días en los que la esperanza se aferra a un hilo cada vez más delgado. Amigos y familiares se unen en una cadena de solidaridad, recorriendo calles, pegando carteles con los rostros de Julio y Jonathan, rostros que ahora simbolizan la angustia de una comunidad que exige respuestas. La petición es una sola, clara y concisa: que las autoridades intensifiquen la búsqueda, que no descansen hasta encontrarlos.
La rodada de motociclistas que recorrió las calles de Tuxtla Gutiérrez es un testimonio del poder de la unión frente a la adversidad. Decenas de motores rugieron al unísono, no solo como un llamado de atención a las autoridades, sino como un grito de esperanza que busca romper el silencio que rodea la desaparición de los jóvenes. Desde la entrada poniente de la capital chiapaneca, la caravana avanzó por la carretera Panamericana hasta llegar a la sede del Gobierno del Estado, dejando a su paso un rastro de solidaridad y exigencia de justicia.
Juan José Hernández, amigo de uno de los desaparecidos, explica que la rodada es una forma de presionar a las autoridades para que refuercen las labores de búsqueda. “No podemos quedarnos de brazos cruzados”, declara con la voz entrecortada por la emoción. “Necesitamos que nos ayuden a encontrarlos, que nos devuelvan la tranquilidad”. Las cartulinas y lonas con los rostros de Julio y Jonathan, colocadas frente a la sede del Gobierno, son un recordatorio constante de la urgencia de la situación.
La colonia San José Terán, al sur poniente de Tuxtla Gutiérrez, se ha convertido en el epicentro de una búsqueda desesperada. Cada rincón, cada calle, cada casa es escrutada con la esperanza de encontrar alguna pista que conduzca al paradero de los jóvenes. ¿Qué ocurrió aquella madrugada? ¿Dónde están Julio y Jonathan? Preguntas que retumban en la mente de sus seres queridos, preguntas que exigen una respuesta inmediata.
Mientras la incertidumbre se prolonga, la comunidad se mantiene unida, aferrada a la esperanza de que Julio César Gómez Molina y Jonathan de Jesús Borraz Moguel regresen a casa sanos y salvos. La búsqueda continúa, y con ella, la fe en que la verdad saldrá a la luz. La solidaridad de amigos, familiares y desconocidos es un faro de luz en medio de la oscuridad, un recordatorio de que la esperanza, aunque frágil, sigue viva.
Fuente: El Heraldo de México