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22 de agosto de 2025 a las 05:05
Descifrando el soliloquio: ¿Locura o genialidad?
¿Alguna vez te has sorprendido hablando solo? No te preocupes, no estás solo, ¡y tampoco estás loco! De hecho, podrías estar haciéndole un gran favor a tu cerebro. Lo que antes se consideraba un signo de excentricidad o incluso de problemas mentales, hoy se revela como una herramienta poderosa para potenciar nuestras capacidades cognitivas. El profesor Gary Lupyan, de la Universidad de Wisconsin, nos ilumina sobre este fenómeno, desmitificando la creencia popular y presentando una perspectiva revolucionaria: hablar en voz alta con uno mismo no es una señal de locura, sino una estrategia inteligente.
Imaginen esto: están buscando sus llaves, las han perdido entre el desorden habitual de la casa, y empiezan a murmurar: "¿Dónde están las llaves? Las dejé en la mesa… o tal vez en el bolsillo del abrigo…". Lupyan nos explica que este acto, aparentemente simple, activa procesos neuronales que facilitan la búsqueda. Al verbalizar el objeto de nuestra búsqueda, nuestro cerebro procesa la información visual de forma más eficiente, permitiéndonos identificar las llaves (o cualquier otro objeto) con mayor rapidez. Es como si al nombrar el objeto, le diéramos una etiqueta mental, destacándolo del resto del ruido visual.
Pero los beneficios van mucho más allá de encontrar objetos perdidos. Hablar con uno mismo, según Lupyan, fortalece nuestra memoria, mejora la concentración e incluso impulsa la resolución de problemas. Al verbalizar nuestros pensamientos, los organizamos, los clarificamos y los analizamos con mayor profundidad. Es como tener una conversación interna con nuestro propio coach personal, guiándonos hacia la solución.
Y no se trata solo de una perspectiva académica. La psicoterapeuta Anne Wilson refuerza esta idea con una frase que invita a la reflexión: "todos necesitamos hablar con alguien interesante, que nos conozca a la perfección y esté de nuestra parte. ¿Quién mejor que nosotros mismos?". Wilson resalta el valor del autodiálogo como una forma de autoconocimiento y de apoyo emocional. En un mundo cada vez más ruidoso y demandante, la conversación interna se convierte en un refugio, un espacio de introspección donde podemos conectar con nuestras emociones, aclarar nuestras ideas y reforzar nuestra autoestima.
De hecho, el acto de hablar con uno mismo se está integrando cada vez más en las prácticas terapéuticas. Muchos profesionales recomiendan el autodiálogo como una herramienta para gestionar el estrés, la ansiedad e incluso para superar traumas. Al verbalizar nuestras preocupaciones y nuestros miedos, los despojamos de parte de su poder, permitiéndonos enfrentarlos con mayor claridad y fortaleza.
Así que la próxima vez que te sorprendas hablando solo, no te avergüences. Al contrario, reconoce el poder de esa voz interior y aprovéchala para potenciar tu mente, mejorar tu bienestar emocional y navegar con mayor seguridad por los desafíos de la vida. Recuerda, el diálogo interno no es un signo de locura, sino una señal de inteligencia. Es la voz de tu sabiduría interior, esperando ser escuchada. Dale la bienvenida y descubre todo lo que tiene para ofrecerte.
Fuente: El Heraldo de México