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22 de agosto de 2025 a las 18:40

Clínica clausurada: Liposucción termina en convulsiones

La sombra de la clandestinidad vuelve a cernirse sobre el sector de la estética en Tamaulipas. El caso de la clínica Bellum, escenario de un reciente episodio convulsivo que puso en grave peligro la salud de una paciente, ha destapado una preocupante realidad: la proliferación de establecimientos que operan al margen de la ley, poniendo en riesgo la salud e incluso la vida de quienes buscan mejorar su imagen. Lo que parecía un caso aislado se ha transformado en la punta del iceberg de una problemática más profunda, revelando una trama de engaños y un preocupante juego del gato y el ratón entre las autoridades sanitarias y aquellos que, buscando lucrar con la vanidad, ignoran las normas más básicas de seguridad e higiene.

La Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COEPRIS) ha confirmado lo que muchos sospechaban: la clínica Bellum, lejos de ser una nueva incursión en el sector, ya había sido clausurada previamente. Sin embargo, sus responsables, demostrando una alarmante falta de escrúpulos, decidieron simplemente cambiar de ubicación, intentando burlar la vigilancia de las autoridades y continuar con sus prácticas irregulares. Este tipo de "clínicas nómadas", que aparecen y desaparecen como fantasmas, representan un desafío aún mayor para la COEPRIS, que se ve obligada a redoblar sus esfuerzos para mantener un control efectivo sobre el sector.

El Comisionado Estatal de la COEPRIS, Mario Rebolledo Urcádiz, ha asegurado que la dependencia mantiene una vigilancia constante sobre todos los establecimientos que realizan procedimientos estéticos. Un equipo de inspectores se encarga de verificar el cumplimiento de la normativa sanitaria y la validez de los permisos de operación. Sin embargo, la astucia de algunos propietarios, sumada a la creciente demanda de tratamientos estéticos, hace que la tarea sea titánica.

La franja fronteriza, por su particular dinamismo y la influencia de las tendencias estéticas provenientes del país vecino, se ha convertido en un foco rojo para las autoridades sanitarias. Es en esta zona donde se concentra un alto número de establecimientos que se autodenominan "clínicas de estética", muchos de los cuales operan en la clandestinidad, ofreciendo tratamientos a precios tentadores, pero sin las garantías mínimas de seguridad. La COEPRIS ha intensificado sus operativos en la región, logrando la clausura de tres establecimientos en la frontera y uno más en Ciudad Madero. Sin embargo, la lucha continúa.

El caso de la clínica Bellum debe servir como una llamada de atención para la población. La belleza no puede ser sinónimo de riesgo. Es fundamental que, antes de someterse a cualquier procedimiento estético, los pacientes se aseguren de que el establecimiento cuenta con las licencias y permisos correspondientes, y que el personal que los atiende está debidamente cualificado. No se trata solo de mejorar la apariencia, sino de proteger la salud, un bien invaluable que no podemos poner en juego por la promesa de una belleza rápida y barata. La prevención y la información son las mejores armas contra la clandestinidad y la irresponsabilidad. Infórmese, pregunte, exija ver las licencias y no dude en denunciar cualquier irregularidad. Su salud está en sus manos. No se arriesgue.

Fuente: El Heraldo de México