
22 de agosto de 2025 a las 23:35
Capturan al Snoopy, ligado a la masacre de Cantaritos.
Un manto de incertidumbre y temor se había cernido sobre Querétaro desde aquella fatídica noche del 9 de noviembre de 2024. La masacre en el bar Los Cantaritos, un lugar que antes vibraba con música y alegría, se transformó en un escenario de horror, dejando una profunda cicatriz en la memoria colectiva. Diez vidas apagadas, diez familias destrozadas y una ciudad conmocionada. La violencia, inusual en la tranquila Querétaro, alcanzó un nivel sin precedentes, generando una ola de indignación y un clamor por justicia que resonó en cada rincón del estado.
Hoy, tras meses de intensa investigación, un rayo de esperanza atraviesa la oscuridad. La detención de José Luis “N”, alias “El Chispa” o “El Snoopy”, considerado uno de los autores intelectuales de la masacre, marca un hito en la lucha contra la criminalidad que amenaza con extender sus tentáculos en la región. No se trata solo de la captura de un individuo, sino de un golpe contundente a las estructuras criminales que operan en la sombra, sembrando terror y dolor.
La madrugada del operativo fue un despliegue de fuerza y precisión. Imaginen la escena: trece inmuebles intervenidos simultáneamente en distintos puntos del municipio, el sigilo de las fuerzas del orden irrumpiendo la quietud de la noche, la tensión palpable en cada movimiento. El Ejército, la Guardia Nacional, la Policía Estatal y Municipal, todos coordinados en una danza estratégica para desarticular una red criminal que se creía intocable. El resultado: no solo la captura de “El Chispa”, sino también el aseguramiento de importantes cantidades de narcóticos y armas, y la detención de cuatro individuos más ligados a diversos delitos. Una muestra palpable de que la justicia, aunque a veces lenta, no olvida y no perdona.
La Fiscalía General del Estado, en un trabajo conjunto con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, ha demostrado que la coordinación interinstitucional es clave para combatir la delincuencia. Este operativo, planificado minuciosamente, es un ejemplo de la eficiencia que se puede lograr cuando las distintas instancias gubernamentales unen fuerzas en un objetivo común: la seguridad de los ciudadanos.
Si bien la captura de “El Chispa” es un triunfo significativo, no representa el punto final. La investigación continúa, cada pista, cada declaración, cada pieza de evidencia es analizada con rigor para desentrañar la compleja red de complicidades que se esconde detrás de este acto atroz. Las autoridades están comprometidas en llevar ante la justicia a todos los responsables, y en desmantelar las células criminales que buscan desestabilizar la paz y la tranquilidad de Querétaro y la región del Bajío.
Recordemos la escena del crimen: una camioneta irrumpe en la noche, los agresores preguntan por un tal “Fernando” y abren fuego indiscriminadamente. La precisión del ataque, la frialdad de los asesinos, la imagen de la camioneta incendiada en El Marqués, todo apunta a un ajuste de cuentas entre grupos criminales. Un conflicto que, lamentablemente, cobró la vida de personas inocentes.
Desde aquel día, la vigilancia en bares y antros se intensificó. La presencia de la Guardia Nacional, los patrullajes constantes, las inspecciones minuciosas, son un recordatorio constante de que la seguridad es una prioridad. La detención de “El Chispa” no solo acerca a la justicia a las víctimas de Los Cantaritos, sino que también envía un mensaje claro a los grupos criminales: Querétaro no es tierra fértil para la violencia. La lucha continúa, y la justicia, tarde o temprano, prevalecerá.
Fuente: El Heraldo de México