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22 de agosto de 2025 a las 04:15

Abuelo a la cárcel: extorsionaba a su hijo.

En un giro inesperado que sacude los cimientos de los lazos familiares, un hombre de 81 años, identificado como Joaquín N., ha sido detenido en Puebla por la Fiscalía General del Estado, acusado de extorsionar a su propio hijo. La presunta víctima, heredero de un inmueble tras el fallecimiento de su madre, se vio sometido a la avaricia de su progenitor, quien le exigió la exorbitante suma de 30 millones de pesos, además de la propiedad en cuestión.

La amenaza, que hela la sangre por la frialdad de su cálculo, se cernía sobre la familia del afectado. Joaquín N., amparado en su avanzada edad, habría advertido a su hijo que, de no acceder a sus demandas, consecuencias nefastas caerían sobre sus seres queridos. Este acto, lejos de reflejar el amor y protección que se espera de un padre, exhibe una ambición desmedida capaz de romper los vínculos más sagrados.

La historia, que parece extraída de una novela de suspense, comenzó a escribirse el pasado 3 de febrero en la ciudad de Puebla. Según el relato de la víctima, la exigencia inicial se centraba únicamente en la entrega del inmueble. Ante la negativa de su hijo, Joaquín N. elevó la apuesta, añadiendo la desorbitada suma de 30 millones de pesos a sus pretensiones y lanzando la amenaza que finalmente llevó a su detención.

La Fiscalía General del Estado, tras recibir la denuncia del afectado, actuó con celeridad y cumplimentó la orden de aprehensión contra el octogenario. Agentes investigadores llevaron a cabo la detención en las inmediaciones de la Calzada Zavaleta, en la colonia Santa Cruz Buenavista, poniendo fin a la angustiosa situación que vivía la víctima.

Este caso nos confronta con la cruda realidad de que la ambición desmedida no conoce límites, ni siquiera los que impone la sangre. La figura paterna, tradicionalmente asociada a la protección y el apoyo incondicional, se ve aquí distorsionada, convirtiéndose en una fuente de amenaza y angustia. La investigación continúa, y se espera que la justicia esclarezca los detalles de este lamentable suceso que deja una profunda herida en el seno de una familia poblana. La sociedad se pregunta: ¿qué lleva a un padre a extorsionar a su propio hijo? ¿Qué vacío existencial puede justificar semejante acto de crueldad? Las respuestas, sin duda, nos obligarán a reflexionar sobre la complejidad de las relaciones humanas y la fragilidad de los lazos familiares.

La Fiscalía General del Estado ha reiterado su compromiso con la justicia y la protección de las víctimas, enviando un mensaje claro a la sociedad: ningún delito, sin importar quién lo cometa, quedará impune. Este caso, sin duda, servirá como precedente para futuras investigaciones y contribuirá a la construcción de una sociedad más justa y segura para todos. Mientras tanto, la familia afectada intenta recomponer las piezas de un vínculo roto, cargando con el peso de una traición que jamás imaginaron posible.

Fuente: El Heraldo de México