
21 de agosto de 2025 a las 09:15
Vulnerables: ¿Progreso sin protección?
La alegría desbordada que hemos visto en ciertas esferas gubernamentales por el reciente informe del INEGI sobre la reducción de la pobreza multidimensional nos invita a una reflexión profunda. Si bien la disminución de la pobreza siempre es una noticia positiva, celebrar con bombos y platillos, como si se tratara de una victoria definitiva, resulta, cuando menos, prematuro. El mismo informe revela un incremento en la vulnerabilidad social, particularmente en el acceso a la seguridad social y a los servicios de salud. Más de 80 millones de mexicanos, una cifra alarmante, enfrentan carencias en áreas esenciales para una vida digna. Esto nos coloca frente a una paradoja: celebramos la salida de la pobreza de millones, mientras una inmensa mayoría sigue batallando por cubrir necesidades básicas.
Es innegable que el concepto de pobreza multidimensional amplía la perspectiva tradicional, considerando no solo los ingresos, sino también el acceso a la educación, la salud, la vivienda y los servicios básicos. Esta visión integral nos permite entender que la pobreza no es solo la falta de dinero, sino la privación de oportunidades y la limitación del desarrollo humano. Por ello, la reducción de la pobreza, aunque alentadora, no puede ser el único indicador del progreso. Es fundamental analizar el contexto, las vulnerabilidades persistentes y, sobre todo, las estrategias implementadas para combatir la pobreza de raíz.
Desde Movimiento Ciudadano, celebramos la mejora en los índices de pobreza, pero no podemos ignorar las carencias estructurales que aún persisten. La precariedad laboral, el rezago educativo y el retroceso en el acceso a la salud son señales de alarma que no podemos desatender. Es necesario un cambio de paradigma, un enfoque integral que vaya más allá de las soluciones asistencialistas y se centre en la creación de oportunidades reales y sostenibles. Necesitamos un proyecto de país que apueste por la educación, la cultura y la ciencia como motores del desarrollo, que garantice empleos dignos, fortalezca los servicios de salud y promueva la justicia social.
Los gobiernos de Movimiento Ciudadano en Jalisco y Nuevo León demuestran que es posible avanzar hacia la prosperidad con proyectos viables y soluciones concretas. Nuevo León se posiciona como líder en atracción de inversión, generación de empleo y atención a la salud, mientras que Jalisco ha logrado reducir significativamente la pobreza y la pobreza extrema. Estos ejemplos nos inspiran a seguir trabajando por un México donde la prosperidad sea una realidad para todos, no solo un espejismo estadístico.
En lugar de conformarnos con cifras alegres y discursos triunfalistas, debemos exigir políticas sociales con visión a largo plazo. En vez de dádivas, necesitamos acciones que empoderen a las y los trabajadores, como la constitucionalidad de la reforma en materia de salarios, la jornada laboral de 40 horas y un salario digno que les permita vivir con decoro. La verdadera prosperidad llegará cuando logremos la igualdad salarial, el acceso universal a la vivienda, la seguridad social y los servicios de salud. Ese día, y solo ese día, podremos celebrar con verdadera alegría.
El camino hacia un México próspero es largo y complejo, pero no imposible. Requiere de un compromiso conjunto, de una visión compartida y de la voluntad política para implementar las transformaciones necesarias. En Movimiento Ciudadano, estamos convencidos de que, trabajando juntos, podemos construir un futuro donde la prosperidad sea un derecho para todos, no un privilegio para unos pocos.
Fuente: El Heraldo de México