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21 de agosto de 2025 a las 22:10

Renuncia abogado clave en caso Ayotzinapa

Tras veinticuatro años dedicados a la defensa de los derechos humanos en la Montaña de Guerrero, Vidulfo Rosales Sierra ha decidido emprender un nuevo camino. Su despedida del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, anunciada con "profundo pesar" en un comunicado titulado "En otras trincheras de lucha", marca un punto de inflexión en la trayectoria de este reconocido abogado. Rosales Sierra deja atrás una larga historia de compromiso con las comunidades indígenas y afromexicanas, luchando incansablemente por la justicia y la dignidad de los más vulnerables.

Su labor en Tlachinollan ha sido fundamental para visibilizar las problemáticas que aquejan a la región, desde la pobreza y la marginación hasta la violencia y la impunidad. Su voz se ha alzado con fuerza en la defensa de los derechos de los pueblos originarios, convirtiéndose en un referente para las organizaciones sociales y un símbolo de esperanza para las comunidades que representa.

La renuncia de Rosales Sierra se produce a escasas semanas de cumplirse once años de la tragedia de Ayotzinapa, un caso que marcó profundamente al país y en el que el abogado jugó un papel crucial desde el inicio. Su representación legal de las familias de los 43 normalistas desaparecidos ha sido inclaudicable, buscando la verdad y la justicia en un laberinto de obstáculos y silencios. La imagen de Rosales Sierra, incansable en su búsqueda de respuestas, se ha convertido en un icono de la lucha contra la impunidad en México.

Aunque deja la primera línea de la lucha social en Tlachinollan, Rosales Sierra asegura que su compromiso con los derechos humanos permanece intacto. Su incorporación al equipo legal del nuevo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Hugo Aguilar Ortiz, abre un nuevo capítulo en su carrera. Desde esta nueva trinchera, se espera que Rosales Sierra continúe trabajando por la construcción de un sistema judicial más justo y equitativo, donde los derechos de los pueblos indígenas y afromexicanos sean plenamente reconocidos y garantizados.

La fotografía de Rosales Sierra junto a los ministros electos de la Suprema Corte, un día antes de anunciar su renuncia, sugiere una transición cuidadosamente planeada. Su participación en las reuniones para definir el marco jurídico de la nueva administración judicial apunta a un rol protagónico en la búsqueda de una justicia "pronta, expedita y accesible", un anhelo largamente esperado por las comunidades que ha representado durante tantos años.

La salida de Vidulfo Rosales Sierra de Tlachinollan deja un vacío difícil de llenar, pero también abre la puerta a nuevas posibilidades. Su experiencia y compromiso serán sin duda un valioso aporte al sistema judicial mexicano. Queda por ver cómo se desarrollará su labor en la Suprema Corte y si logrará impulsar las reformas necesarias para garantizar una justicia real y efectiva para todos los mexicanos, especialmente para aquellos que históricamente han sido marginados y excluidos. El tiempo dirá si esta nueva trinchera le permitirá alcanzar los objetivos que se ha trazado en su larga trayectoria de lucha por los derechos humanos. Lo que es seguro es que su nombre seguirá resonando en la memoria de aquellos que han encontrado en él una voz y una esperanza.

Fuente: El Heraldo de México