
21 de agosto de 2025 a las 05:55
Museos bajo fuego: Trump contra la historia de la esclavitud.
La cruzada de Donald Trump contra la "ideología woke" ha alcanzado un nuevo objetivo: el prestigioso Instituto Smithsonian. En una diatriba incendiaria publicada en Truth Social, el expresidente acusó a la institución de difundir una visión distorsionada y negativa de la historia estadounidense, centrándose en "lo mala que fue la esclavitud" y obviando, según él, los logros y la grandeza del país. Esta retórica, que resuena con su base electoral, se enmarca en una estrategia más amplia de reescribir la narrativa histórica y silenciar las voces que cuestionan la versión idealizada de América que Trump promueve.
La amenaza de una revisión legal, similar a las presiones ejercidas sobre universidades como Columbia, Brown y Harvard, siembra la inquietud sobre la independencia del Smithsonian y su capacidad para narrar la historia con rigor y objetividad. Trump, al autoproclamarse guardián de la verdad histórica, busca imponer una visión maniquea donde el patriotismo se confunde con la negación de los aspectos más oscuros del pasado. Este revisionismo histórico, que ignora el sufrimiento de millones y las profundas cicatrices que la esclavitud dejó en la sociedad estadounidense, es percibido por muchos como un intento de blanquear la historia y perpetuar la desigualdad.
El silencio del Smithsonian ante estas acusaciones es preocupante. La institución, financiada en gran parte por el Congreso, se encuentra en una encrucijada: defender su independencia y el rigor histórico o ceder a las presiones políticas. La respuesta, o la falta de ella, tendrá profundas implicaciones para el futuro de la investigación histórica y la libertad de expresión en Estados Unidos. ¿Se convertirán los museos en meros instrumentos de propaganda política, o seguirán siendo espacios para la reflexión crítica y el debate?
Las reacciones no se han hecho esperar. El movimiento Black Lives Matter ha denunciado enérgicamente las palabras de Trump, calificándolas de "insulto a la verdad y a la memoria de millones". La pretensión de borrar la esclavitud del relato histórico, argumentan, es una afrenta a las víctimas y una negación de la realidad. Este debate trasciende el ámbito académico y se convierte en un campo de batalla ideológico donde se dirime la identidad misma de la nación. ¿Qué significa ser estadounidense? ¿Es posible construir un futuro común sin reconocer y confrontar las injusticias del pasado?
La cruzada de Trump contra lo "woke" se extiende como una mancha de aceite, alcanzando museos, universidades y cualquier institución que se atreva a cuestionar su visión del mundo. Bajo la bandera de la libertad de expresión, el expresidente busca silenciar las voces disidentes y imponer una narrativa única y excluyente. La polarización política alcanza niveles alarmantes, y el futuro de la democracia estadounidense pende de un hilo. ¿Prevalecerá la razón y el respeto a la verdad histórica, o sucumbirá la nación a las sirenas del populismo y la manipulación? El tiempo lo dirá.
Fuente: El Heraldo de México