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21 de agosto de 2025 a las 20:45

Manos mexicanas, arte que dignifica.

Las manos laboriosas de mujeres mexicanas tejen historias, tradiciones y sueños en cada puntada, en cada pincelada, en cada pieza que nace de su ingenio. No son simples artesanías las que se exhiben con orgullo en la Terminal de Autobuses de Pasajeros de Oriente (TAPO), son pedazos de México, expresiones vibrantes de una cultura milenaria que se resiste a desaparecer. Desde el 13 hasta el 16 de agosto, la TAPO se transformó en un crisol de colores, aromas y texturas, un espacio donde el arte popular mexicano cobra vida gracias a la Feria Artesanal impulsada por Fundación ADO.

Imaginen el bullicio, la energía que se respira en este punto de encuentro entre la modernidad de una terminal de autobuses y la ancestral sabiduría de las artesanas. Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Tabasco, Puebla, Estado de México… cada estado representado a través de las manos mágicas de estas mujeres, cada pieza una ventana a la riqueza cultural de su región. Huipiles que narran leyendas, textiles que resguardan secretos ancestrales, joyería que brilla con la luz del sol y la luna, bebidas que despiertan los sentidos y alimentos que nutren el cuerpo y el alma.

Más allá de la belleza estética, cada objeto cuenta una historia de perseverancia, de empoderamiento femenino. Fundación ADO, consciente del valor incalculable de estas mujeres y su trabajo, no solo les brinda capacitación y acompañamiento profesional, sino que también les abre las puertas a un mercado más amplio, a la posibilidad de llegar a miles de personas que transitan diariamente por la TAPO. Es una apuesta por el desarrollo económico y social de comunidades indígenas, una inversión en el futuro de México.

La voz de Andrés Pérez Peña Campos, gerente de Fundación ADO, resuena con fuerza al destacar la importancia de dignificar el trabajo artesanal. No se trata de una simple transacción comercial, es un reconocimiento al esfuerzo, a la creatividad, a la dedicación que implica cada creación. Es un llamado a valorar la cultura, a erradicar la práctica del regateo que, en muchas ocasiones, devalúa el trabajo de estas artistas.

Elizabeth Flores Simbrón, con sus salsas "El Papán", es un ejemplo del impacto positivo que genera esta iniciativa. Sus salsas, elaboradas con ingredientes orgánicos y libres de químicos, son un homenaje a su tierra natal, Papantla, Veracruz. La Feria Artesanal le brinda la oportunidad de compartir su pasión, de expandir su mercado y de perfeccionar su producto.

Grisel, con su marca de mazapanes artesanales "Tango Xiut", creada por su hija de 14 años, nos inspira con su historia de emprendimiento familiar. Mazapanes con sabores innovadores, como chamoy, tamarindo, arándano o amaranto con coco, una propuesta que deleita el paladar y sorprende con su originalidad. Incluso ofrecen opciones sin azúcar y mazapanes personalizados con impresión comestible, una muestra de la capacidad de adaptación y la visión de futuro de estas jóvenes emprendedoras.

Y desde la Sierra Sur de Oaxaca, la voz de Yolanda Juárez García, representante de un colectivo de más de 200 mujeres, nos recuerda que cada pieza tejida o bordada no es solo artesanía, es resistencia, es identidad, es la historia viva de sus pueblos.

La Feria Artesanal de Fundación ADO no solo impulsa la economía local, también genera un cambio cultural, una revalorización del arte popular mexicano. Es una invitación a apreciar la belleza que nace de las manos de estas mujeres, a reconocer su talento y a contribuir a la preservación de nuestras tradiciones. Es una oportunidad para que el arte trascienda las fronteras de los museos y se convierta en parte de nuestra vida cotidiana.

Fuente: El Heraldo de México