
21 de agosto de 2025 a las 20:55
Jacinto González: Morena Guerrero bajo su liderazgo.
La continuidad al frente de Morena en Guerrero hasta 2027: ¿fortaleza o estancamiento?
La reciente ratificación del Consejo Nacional de Morena, confirmando la extensión del mandato de las dirigencias estatales hasta octubre de 2027, ha generado un debate interno en el partido. Mientras algunos lo ven como una estrategia necesaria para mantener la estabilidad y fortalecer la estructura rumbo a las elecciones de 2027, otros cuestionan la ausencia de un proceso de renovación democrática y la posibilidad de que esta decisión genere estancamiento y limite la participación de nuevas voces.
En Guerrero, la figura de Jacinto González Varona se consolida al frente del Comité Ejecutivo Estatal. Su liderazgo, electo en 2022, ahora se extenderá por dos procesos electorales, un hecho sin precedentes en la historia reciente del partido en el estado. Esta decisión, si bien brinda una continuidad en la línea política, también plantea interrogantes sobre la posibilidad de alternancia y la oxigenación de las ideas dentro del partido. ¿Permitirá esta continuidad una mayor eficiencia en la gestión y la consolidación de los proyectos en marcha, o representará un obstáculo para la emergencia de nuevos liderazgos?
La justificación oficial, centrada en la necesidad de mantener la unidad y fortalecer la estructura del partido de cara a los próximos comicios, no ha convencido a todos. Sectores críticos argumentan que la falta de renovación en las dirigencias podría generar descontento entre las bases y limitar la participación de nuevos cuadros políticos. Además, señalan que esta medida contradice los principios de democracia interna que Morena ha defendido históricamente.
El llamado a la unidad realizado por González Varona a través de sus redes sociales, si bien busca proyectar una imagen de cohesión, no resuelve el debate de fondo. La pregunta que resuena entre la militancia es si la "unidad" se construye a través de la continuidad o de la participación democrática.
La situación en Guerrero refleja la disyuntiva que enfrenta Morena a nivel nacional. La decisión de extender los mandatos de las dirigencias estatales, si bien busca garantizar la estabilidad en un momento crucial para el partido, también plantea el riesgo de generar un efecto contrario: descontento, apatía y la pérdida de la vitalidad democrática que caracterizó sus inicios. El reto para Morena en los próximos años será demostrar que la continuidad no es sinónimo de estancamiento, y que la unidad se puede construir sin sacrificar la participación democrática de sus militantes. El futuro del partido dependerá, en gran medida, de su capacidad para equilibrar estos dos aspectos fundamentales. El tiempo, como siempre, tendrá la última palabra.
Fuente: El Heraldo de México