
21 de agosto de 2025 a las 09:50
Aguilar, ¿qué responden las transnacionales?
La inquietud se palpa en el aire. El llamado del Consejo de Empresas Globales, voz potente que representa un 10% del PIB nacional, resuena con la fuerza de gigantes como Bayer, General Motors y Nestlé. No se trata de una simple sugerencia, sino de un clamor por la estabilidad, por la certeza jurídica que funciona como imán para la inversión extranjera. Manuel Bravo, al frente de este poderoso conglomerado, ha puesto el dedo en la llaga: la nueva Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene la enorme responsabilidad de ser el garante del Estado de Derecho, el baluarte contra la incertidumbre que amenaza con erosionar la confianza en el país.
Más allá de las palabras, se percibe la preocupación latente. La renovación del Poder Judicial ha generado un mar de dudas, una tempestad de interrogantes sobre la imparcialidad de las futuras sentencias y la protección de las inversiones. No es un secreto que las transnacionales, motores cruciales de la economía, observan con recelo el panorama, sopesando los riesgos y evaluando alternativas como los arbitrajes internacionales, un salvavidas ante la posibilidad de un Poder Judicial permeado por la política.
En este escenario, la International Chamber of Commerce emerge como un actor clave, un árbitro neutral con la experiencia y la solidez para dirimir controversias, desde simples contratos hasta complejos litigios internacionales. Claus von Wobeser, al timón de esta institución, recuerda la importancia de contar con mecanismos de resolución de conflictos ágiles y confiables, un puerto seguro en medio de la tormenta.
La petición del Consejo de Empresas Globales no debe caer en oídos sordos. Es una exigencia legítima de quienes apuestan por México, de quienes generan empleos y contribuyen al desarrollo del país. El próximo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene la obligación de responder a este llamado, de pronunciarse con claridad y firmeza sobre su compromiso con la justicia y la independencia del Poder Judicial. Las empresas que representan el 50% de la Inversión Extranjera Directa merecen, como mínimo, esa garantía.
Y en otro orden de ideas, pero no menos relevante, Nestlé, con su larga trayectoria en México, lanza una iniciativa que apela a la esencia misma de nuestra cultura: "Que la mesa vuelva a unirnos". Una campaña que busca rescatar la tradición de la comida en familia, un espacio de convivencia amenazado por la omnipresencia de la tecnología. Fausto Costa, al frente de la compañía suiza, nos invita a reflexionar sobre la importancia de desconectar para conectar, de dejar a un lado los dispositivos y recuperar la magia del diálogo y la unión familiar. Un recordatorio oportuno en un mundo cada vez más digitalizado, donde la conexión humana corre el riesgo de perderse entre las pantallas. Porque al final del día, ¿qué hay más valioso que compartir la mesa con nuestros seres queridos? Es una pregunta que Nestlé nos plantea, una invitación a reencontrarnos con lo esencial.
Fuente: El Heraldo de México